El sábado 1° y el domingo 2 de noviembre, a las 21.30 y a las 21, respectivamente, el teatro Ciudad de las Artes programó a Bloody Tango, el espectáculo en el que Noelia Marzol y Jonathan Lazarte se ponen al frente de “un ensamble de bailarines de alto nivel que pondera la danza a través de virtuosas y elaboradas coreografías”.
“Diversos personajes vivirán una pasional e intensa experiencia al entrar a un hotel. Cada habitación propone un ambiente invadido de sensualidad, oscuridad, tentaciones y amor, invitando a sus huéspedes a dejarse llevar y vivir un libertinaje sensorial que terminará devorándolos para siempre”, apunta la presentación oficial, que a su vez destaca que los espectadores serán testigos como voyeristas de cada “ilusión generada”.
“¿Serás captado también por Bloody? Dependerá de lo que escondas en tus fantasías”, cierra el convite a la jugada y ambiciosa producción encabezada por la misma Marzol, quien se dispuso en un Zoom para hablar con La Voz.

“Estamos muy felices de, sobre todo, la reacción del público, que se va supercontento”, dice la bailarina y actriz al comienzo de la entrevista, aludiendo a lo que sucede con Bloody Tango, espectáculo que también pondrá en escena en Río Cuarto (30/10) y en Villa María (31/10).
El desafío del tango y la joya del clásico
“Para nosotros es toda una movida, porque llevamos el show tal cual lo hacemos acá en calle Corrientes. Entonces, vamos tipo de gira. Onda camión de mudanza; más o menos, parece todo una mudanza completa. Pero la verdad es que vale la pena, porque el show así, tal cual lo hacemos, es mucho más vistoso. Somos 11 artistas en escena”, suma.
Y, en la continuidad, Marzol queda lejos de moderar entusiasmo: “Vamos todos, va Johnny Lazarte, va Ana Devin (se la puede ver rompiéndola en En el barro de Netflix) y van todos los bailarines titulares, digamos, que son supercampeones mundiales. Estoy refeliz con el producto, más allá del placer que me produce hacerlo”.
–¿Qué es lo más desafiante de bailar tango?
–Demanda de una técnica bastante complicada. Es una de las danzas más difíciles que hay porque debe entrelazarse un cuerpo con el otro todo el tiempo. Entonces, tienen que darse altos niveles de comunicación y coordinación con tu compañero y con el grupo cuando se trata de un cuadro colectivo. Por eso ensayamos alrededor de ocho horas por día. Yo soy muy estricta con la coordinación y demás porque es la única manera. Por otro lado, es muy lindo alcanzar la excelencia porque es algo que llevamos en la sangre. Pero, claro, requiere de mucho trabajo.
-En el último tiempo, la bailarina Marianela Núñez tuvo impacto popular y se viralizaron varios videos de la gente pidiéndole autógrafos. ¿Hubieras alcanzado ese nivel de haber seguido con la danza clásica?
–Tengo formación clásica y fui gimnasta, pero el nivel de Marianela es único a nivel mundial. Es una bailarina excelente, muy perfecta en todo lo que hace. Es un nivel muy difícil de alcanzar, incluso para las personas que estudian desde muy chicas. Hay que tener una anatomía especial para llegar a su nivel de excelencia. Como argentina, me siento superorgullosa de tenerla como representante, sobre todo en el mundo de la danza clásica, que es supercompetitivo. Pero no, no podría haber llegado a ese nivel. Lo de Marianela es único en el mundo. Son contadas las personas que pueden bailar con ese grado de exactitud y excelencia.
El trabajo y la maternidad
-¿Cómo fue volver a bailar tras haber sido mamá por segunda vez?
–Bueno, no dejé de bailar nunca. Me quejo de que mis hijos son muy inquietos, pero todo el mundo me recuerda que durante los ocho o siete meses de embarazo, depende cada uno, estuve bailando hasta el último día. No puedo dejar de bailar porque realmente me apasiona, me da mucha felicidad, es mi cable a tierra. Incluso, si no lo estoy haciendo en alguna obra, función o lo que sea (de manera redituada, digamos), siempre tomo clases o veo la manera de estar conectada con la danza. Fue hermoso estando sola, sin hijos. Fue hermoso haber bailado embarazada… De hecho, era un sueño que tenía poder bailar mientras gestaba. Y es hermoso ahora, un momento en que ellos (mis hijos) son supercompañeros. De alguna manera, les inculqué desde chiquitos esto de consumir teatro, de venir a acompañarme y demás. Cuando termina la función, suben al escenario y hacen de las suyas, lo que me da mucha alegría. Ellos como si nada. Están como en el patio de su casa. La primera vez que me subí al escenario casi me agarra un pánico total, así que me encanta cuando los veo a ellos tan frescos naturalizando ese espacio.
–¿Te imaginás ellos haciendo algo de teatro o danza? ¿Te gustaría que siguieran ese ese camino?
–Me gustaría, pero no quiero incentivarlos para no encasillarlos. Quiero que ellos terminen haciendo lo que más les gusta. Cuando era más chiquito, Donatello bailaba un montón, se disfrazaba de Michael Jackson y hacía su show. Ahora también, pero su interés se fue más por el lado del campo y de los tractores, de todo ese mundo que le pertenece más a su abuelo. Y a Alfonsina le encanta bailar, pero todavía no la llevo a hacer ninguna actividad por el estilo. Es muy chiquitita, tiene 2 años. Creo que la edad para empezar una actividad así esa los 4 o 5 años. Ojalá siga mis pasos porque compartir escenario con mis hijos sería la gloria.
–¿Te los imaginás haciendo fútbol por influencia de Ramiro?
-Y en algún momento lo pensé. Llevé a Donatello a que practicara, pero no quiso saber nada. Y, bueno, mi marido está como un poco peleado con el mundo del fútbol, así que tampoco lo incentiva demasiado. No sabemos qué puede pasar cuando crezca. Por ahí se hace superfanático de un equipo de fútbol y arranca.
Noelia Marzol, sobre su relación con Ramiro Arias: Nunca nos separamos
–En algunas notas dijiste que en la maternidad terminaste de conocer a tu pareja. ¿Cómo sobrellevan el matrimonio con Ramiro desde la reconciliación?
–Muy bien. Tener hijos te pone a prueba todo el tiempo, porque cada uno de los padres fue criado de una manera diferente. Entonces, quiere transmitirles a sus hijos cómo fue criado e ir cediendo y acordando todo el tiempo. En la diaria somos una familia muy unida, nos apoyamos mucho y estamos muy bien. Después, obviamente, siempre salta alguna situación en la que tenemos que discutir o sentarnos a hablar, lo que no quiere decir que por ella vayamos a desarmar todo lo que armamos. En realidad, nunca nos separamos.
–Muchos portales de noticias lo afirmaron.
–No sé por qué hablan todo el tiempo de reconciliación. Dijimos que enfrentamos una crisis cuando tuvimos a nuestra segunda hija, pero en ningún momento nos separamos. Siempre hablamos de lo mismo, de cosas que le pasan a cualquier pareja. Es probable que por estar más expuestos hicimos más visible todo. Cuando hablo con mis compañeras, veo que es algo supernormal lo que nos pasó. Sólo se trata de acomodar la rutina porque hay un montón de prioridades que se van corriendo o tomando otra dimensión. No somos la pareja perfecta, pero nos llevamos re bien. Y la llegada de nuestros hijos fue solo felicidad y sumó a nuestra plenitud. Admitir una crisis genera empatía del otro lado.
–Tema redes sociales: ¿tenés algún filtro al momento de subir algo? ¿Te frena el qué van a decir o qué se puede reproducir después de eso?
–No. A esta altura, la verdad, me chupa un huevo. Estoy trabajando en los medios desde los 17 años y ahora ya estoy por cumplir 39. Aprendí que si uno va a estar frenándose o pensando demasiado las cosas que va haciendo, dejás de vivir genuinamente. Yo vivo mi vida y muestro. Si del otro lado hay alguien que le gusta, buenísimo. Y si no, la verdad que no me afecta.
–Hay famosos y famosas, que deciden no mostrar la cara de sus hijos en redes y les ponen un emoji encima. Vos no. ¿Por qué?
–Porque muestro todo. ¿Por qué no mostrar la cara de mis hijos? Respeto a las personas que no lo hacen. A mis hijos les pregunto si quieren que los grabe, sobre todo a Donatello ahora que está más grande. A veces no tienen ganas de participar. Donatello dijo un montón de veces que no quiere que lo muestre y no se muestra. Yo nunca los expondría a hacer algo que no tienen ganas. Tampoco tienen cuentas de redes sociales ni acceso a teléfonos, televisión, Internet ni tablet. Esa es la opción que voy a sostener en el tiempo y la mayor cantidad de años que pueda.
Noelia Marzol: de “Menem” al “Bailando”
–¿Te hubiese gustado hacer un papel un poco más grande en la biopic “Menem”?
–No. Hay un montón de series que se están haciendo en este tiempo, tipo biopics, en las que me gusta participar porque también me gusta seguir actuando. Pero tampoco pretendía un gran papel. Esas participaciones me divierten. Yo ya tuve mi protagónico en las tres temporadas de Millennials en Netflix, así que estoy cubierta. Viví la experiencia, me encantó, pero prefiero hacer teatro.
–Una de las últimas personas con las que trabajaste en teatro fue Antonio Gasalla. ¿Cómo lo recordás?
–Antonio era una persona superexigente. Yo me sentí muy halagada cuando me eligió porque confió ciegamente en mi trabajo. Me vio haciendo un programa de televisión y me llamó directamente para darme el papel de su hija en la comedia Más respeto que soy tu madre. Era la persona más joven del elenco. Fue espectacular trabajar con Antonio, me enseñó un montón. Era una persona supersegura arriba del escenario. Entraba ahí como si fuera el living de su casa.
–¿Te gustaría ser candidata a algún cargo político como Virginia Gallardo o, en su momento, Cynthia Fernández?
–No, no tengo ningún interés en absoluto.
–¿Te lo propusieron?
–Nunca, no podría ser de ese palo ni de casualidad. A ver, me interesa la política, trato de estar al día con lo que pasa y sacar conclusiones para ser una votante consciente, pero no me interesa vivirlo desde adentro.

–¿Qué pensás cuando las ves a ellas militando?
–Me parece que es muy valiente su decisión. Yo creo que cualquiera puede estar capacitado para ocupar ese rol, siempre y cuando se instruya. Hay muchas personas que eran con figuras conocidas de la televisión que después hicieron una carrera política como Amalia Granata, que me parece que está ahí superfirme en su rol y lo desempeña bien. Después uno puede estar a favor o en contra de su política, pero creo que pueden ocupar ese rol perfectamente.
–¿Extrañás el “Bailando”?
–Sí, un poco se extraña. Es el desafío tener que bailar un ritmo diferente todas las semanas. Tenía esa adrenalina. Ojalá vuelva en algún momento. Para los bailarines, es una gran pantalla para darse a conocer. Por ejemplo, ahora como productora, me pasa que hay veces que tengo que reemplazar bailarines y me cuesta encontrar en un nivel de popularidad. El Bailando era una buena máquina de generar talentos.

Para ver
Noelia Marzol presenta Bloody Tango con cuatro fechas en Córdoba; a saber:
Río Cuarto
- 30 de octubre.
- 21.30.
- Teatro Municipal (Constitución 945).
- Entradas por Autoentrada a $ 40 mil (platea alta), $ 38 mil (platea baja) y $ 32 mil (paraíso).
Villa María
- 31 de octubre.
- 21.30.
- Teatro Verdi (Av. Hipólito Yrigoyen 329).
- Entradas en boletería de teatro a $ 40 mil (platea baja) y $ 38 mil (pullman).
Córdoba capital
- 1º y 2 de noviembre.
- 21.30 y 21, respectivamente.
- Teatro Ciudad de las Artes (Av. Pablo Riccheri 1955).
- Entradas en Autoentrada a $ 40 mil (platea alta) y $ 38 mil (platea baja).























