Máxima de los Países Bajos, reconocida mundialmente por su gusto auténtico y audaz por la moda, demostró en su última aparición pública que la sofisticación y el color vibrante van de la mano. Lejos de pasar desapercibida, la monarca cautivó a todos al abrir la 25ª edición de la Semana del Diseño Holandesa (DDW) en Eindhoven, donde presentó un outfit creativo que irradiaba energía y elegancia a la vez.
La prenda que se llevó toda la atención y que marcó un giro lúdico y fashionista fue, sin dudas, un maxi tapado original que parecía ser una verdadera obra de arte.
Máxima se animó a un diseño que rompe con lo tradicional de la realeza.
La base del abrigo era marrón, con un estampado floral que incluyó tonos vibrantes como el amarillo, el naranja y el rosa. Además de los colores impactantes, su confección sumaba dinamismo a la pieza con bordes ondulados y un interior forrado en rosa viejo.

El look de Máxima que no pasó desapercibido
La clave del éxito del look de Máxima fue el equilibrio perfecto para dejar lucir al tapado maximalista. La reina eligió un conjunto interno que funcionó como un lienzo armónico.
Debajo del abrigo, optó por una fórmula infalible: una blusa al cuerpo y un pantalón palazzo. Ambas prendas, en una tonalidad monocromática de rosa viejo, aportaron un aire relajado y formal, estilizando su figura de manera cómoda y moderna, una opción que la monarca suele elegir para este tipo de eventos.

En cuanto a los complementos, la reina mantuvo la paleta cálida para no competir con la audacia del tapado. Usó unos stilettos en tono nude y se inclinó por un clutch en la misma gama, pero con una textura aterciopelada.
Su beauty look acompañó esta estética fresca y relajada: cabello suelto con ondas naturales, un maquillaje que enfatizó los tonos rosados, la piel glowy y lip oil en los labios.























