Stranger Things está atravesando su cuenta regresiva: la quinta y última temporada promete cerrar un fenómeno que marcó a una generación. Y no es casual su éxito. La mezcla de Spielberg, Stephen King y J.J. Abrams dio como resultado una fórmula irresistible: chicos comunes enfrentados a fuerzas que nunca deberían haber sido liberadas, experimentos secretos, criaturas indescriptibles, portales a otro mundo, mientras intentan sobrevivir a la adolescencia.
Si ese equilibrio entre inocencia, amistad y horror te dejó enganchado, estas tres producciones replican, cada una a su modo, el mismo espíritu.
Estas son las tres series que tenes que ver si viste Stranger Things
- Dark
Disponible en Netflix para quienes aman el misterio creciente y la sensación de que “todo está conectado”, Dark es el sucesor natural de Hawkins… aunque mucho más complejo. Esta serie alemana no apuesta por monstruos, sino por una red de viajes en el tiempo que enreda destinos familiares durante generaciones. No tiene estética ochentera, pero sí comparte el clima inquietante, las desapariciones inexplicables y esa sensación de que algo imposible opera detrás de todo.
Es como ver el “lado científico” del Upside Down, pero elevado al máximo nivel de intriga.
- The Umbrella Academy
Una opción ideal si lo que te atrapa de Stranger Things es la dinámica grupal: jóvenes con habilidades extraordinarias enfrentando amenazas incomprensibles.
Aunque el tono es distinto —más cercano al cómic y la sátira—, lo esencial está ahí: un equipo que debe aprender a complementarse, criaturas extrañas y un mundo que necesita ser salvado por quienes menos lo parecen. Si te gusta ver a personajes con dones especiales jugándose la vida, este salto te va a resultar natural.
- E.T., el extraterrestre
La raíz emocional de Stranger Things está en Spielberg. Y entre todas sus obras, E.T. es la más cercana al espíritu de la serie: amistad profunda, inocencia frente a lo desconocido, niños intentando proteger a un ser extraordinario de militares que quieren capturarlo. Es la película que definió ese clima de aventura mezclada con ternura que los Duffer replicaron con Eleven.
