Es muy probable que Lorena Vega acreciente su posicionamiento en el inconsciente colectivo a partir del estreno de En el barro, serie derivada de El marginal que Netflix estrenará este jueves.
Es que La Zurda que compone en este spin off está a la altura de la psicóloga con la que impactó en la comedia Envidiosa en la misma plataforma. Pero si en ese caso se la veía sentada en sesión y con el tono medido pero incisivo para poner de relieve las inseguridades nocivas de Vicky (Griselda Siciliani), aquí se la ve como una firme capanga del complejo penitenciario La Quebrada.
En el pabellón que comanda, se graba contenido erótico con celulares, que luego se monetiza y genera un rédito por el que se pueden llegar a comer el hígado en sentido figurado o a matarse a facazos en la vida real.
Lo concreto es que, tal como planteamos arriba, esta referente del off teatral porteño pisa cada vez con más firmeza el mainstream de la industria audiovisual argentina.
A instancias de Netflix, La Voz tuvo disponible a Lorena Vega sólo por nueve minutos.
Y la primera inquietud en la entrevista pautada fue cómo construyó a La Zurda, si con apego al guion o con autonomía interpretativa. “Creo que con las dos cosas incluidas”, contestó la actriz.
“El guion era un gran organizador y también fuente de inspiración –añadió–. Me sentí con autonomía interpretativa. Me sentí invitada, convocada por el equipo para que mi aporte consiguiera espacio. Pero la verdad es que es un trabajo en el que seguí la propuesta que venía desde la dirección, desde la conducción del proyecto, en manos de Sebastián Ortega”.
“Entonces, sentí que era un mundo en el que estaba más para seguir las guías y los estímulos que tenía. Era muy estimulante estar en ese set, esa cárcel construida especialmente para la serie. Y ahí ya tenía un montón de insumo y de inspiración, ¿viste?”, completó.
–En el cine nacional hay como una tradición de películas sobre cárceles de mujeres, en cuyos extremos se puede poner a “Atrapadas” (1984, Aníbal Di Salvo) y a “Leonera” (2008, Pablo Trapero). ¿Alinearías a “En el barro” ahí?
–Bueno, pienso que es todo un género, ¿no? El audiovisual pensando la situación de encierro. El tema cárceles es un género en sí mismo. En el cine es un género casi como el de las películas de los juicios. Vi Leonera en su momento. Es una película excelente. Recuerdo que quedé muy atravesada y tomada, pero no la volví a ver para este trabajo. Para este trabajo terminé de ver completa El marginal, que en algún momento la había iniciado y me había resultado tan fuerte que no la pude continuar. Y ya con el plan de sumarme a En el barro, sí... terminé de verla. Y claro, la vi de otra manera. Podía atravesar toda esa violencia masculina de otro modo, con otros ojos. Si bien sufrí viéndola, la disfruté, me pareció brillante y en algún momento me generó como un temor de si íbamos a poder hacer algo tan tan tan bueno. Todas teníamos esa marca. Todas trabajamos con la duda de cómo sería avanzar con esto teniendo el precedente de El marginal. Funcionó muy bien, fue total inspiración, ¿viste?

Para Lorena Vega, ayudó a la cuestión que gran parte del equipo que hizo En el barro viniera de El marginal. “Había algo que ya estaba aceitado”, señaló.
“En el equipo conocían mucho el territorio con amplitud y mirada. Y con mucha conciencia de que una cárcel de mujeres no es lo mismo que una de varones. Había algo agilizado técnicamente que nos ayudó mucho a entrar en ritmo, y nos subimos a esa. El tren venía andando y entramos, ¿viste? Para mí fue para mejor haber visto la serie de la que viene En el barro. Y por otro lado, creo que en algún lugar inconsciente estuvo la inspiración de Leonera. Seguro”, completó.
La posición de Lorena Vega sobre Only Fans
Sobre su posición de sexualizarse para terceros (en la serie, “para pajeros”) vía Only Fans, la también protagonista de la obra familiar Imprenteros dijo: “El encare que hice tiene que ver con entenderlo como un trabajo. Así lo entiendo en la vida real también. Entonces, desde ese lugar aborda mi personaje todo lo que tiene que ver con la trama de Only Fans. Es un trabajo, es trabajo sexual, es trabajo pago y, de alguna manera, también es lo que (las internas) pueden hacer”.

“En algunos casos, es más por decisión; en otros no. Pero es trabajo sexual, eso es lo que pienso. Y así lo encara mi personaje, La Zurda”, reforzó.
–Te pido alguna consideración sobre tu presente profesional, que muestra una expansión que no sé si habías imaginado.
–Habito eso con mucha alegría, contenta, agradecida. Me gusta que el acercamiento de la gente sea para hacerme comentarios felices, para agradecer. Se sonríen, me regalan elogios, se arman charlas sobre terapia, salud mental, sobre sus consultas, sobre el interés de ir al teatro ahora que me conocen y saben que me desenvuelvo ahí… Y todo ese círculo, ese ida y vuelta, me parece muy virtuoso y me entusiasma. Yo estoy agradecida, y creo que es un poco la mezcla de muchas cosas. En general, quienes me conocen me dicen: “Bueno, es tu trabajo”. Sí, es cierto, pero a veces hay mucha gente que trabaja un montón y no le pasa nada. Todo depende de los caminos, ¿no? De qué factores se cruzan para que algo pueda ser visto… Digo un montón: “Me sucedió a los 50”, queriendo destacar que me pasó en un momento muy especial de la vida.
Vega sumó que puede contextualizar este diagnóstico con la experiencia de En el barro. “Es que me sentí parte de un elenco coral superpoderoso. Me gusta el poder que tiene la grupalidad (sic) de la serie. Y en ese sentido, destaco que gran parte del elenco está conformado por muchas actrices de teatro independiente. Por otro lado, están estas actrices icónicas que todos conocemos; las grandes mujeres del deporte o de la canción; y actrices de trayectoria que regresan a la ficción después de un tiempo”, exaltó.
“En fin, hay muchas mujeres muy interesantes con su recorrido. Me gustó mucho que éramos varias en esa. Eso le dio mucho encendido, mucha alegría compartida. Me siento parte de todas las canchas ahora, de todos esos territorios”, sostuvo.
–¿Trabajaron con inspectores de intimidad en “En el barro”?
–No les llamamos “inspectores”, les llamamos “asesores de intimidad”, creo. No es un inspector, sino que es alguien a cargo de pensar y de ayudar a que las escenas de intimidad sean cuidadas. Y sí, sucedió eso todo el tiempo. Tuvimos a una persona brillante a cargo de esta cuestión. A Tati Rojas, que hizo un trabajo que nos hizo sentir a todas muy cómodas. Eso se ve en la serie. Es una serie que tiene a los cuerpos ahí, con todo, muy presentes. Y eso se logró porque hubo contención.