Al igual que su predecesora de 2023, Five Nights at Freddy’s 2 muestra varios problemas a la hora de desarrollar la historia y de intensificar el suspenso, aunque, sin dudas, es más ambiciosa en cuanto a la intención de los animatrónicos siniestros, a los que se les une un villano que los fans celebrarán.
Dirigida nuevamente por Emma Tammi, escrita por Scott Cawthon (autor del videojuego en el que se basa), producida por Blumhouse y protagonizada por Josh Hutcherson, Piper Rubio y Elizabeth Lail (más la participación de Matthew Lillard), esta segunda parte se ubica un año después de los sucesos sobrenaturales en la pizzería de Freddy Fazbear, donde Mike (Hutcherson) había trabajado como guardia nocturno y en la que los robots Freddy, Chica, Bonnie y Foxy habían quedado destruidos.
Ya se sabe, la pesadilla desencadenada en la pizzería adquirió estatus de leyenda local, y el ahora exguardia Mike y la agente de policía Vanessa (Lail) le ocultan a Abby (Rubio), la hermana de 11 años de Mike, la verdad sobre los animatrónicos de estatura enorme con los que se había encariñado.
Mike sigue trabajando para ayudar a Abby, con quien vive, y Vanessa sigue recuperándose. Pero cuando Abby decide reconectar con sus amigos y volver a la pizzería, desata una serie de acontecimientos aterradores, sobre todo porque aparece Marioneta, la villana que va a conducir al resto de los robots con fines malvados.
Algunas fallas
Así es que, muy pronto, vamos a tener a los cinco animatrónicos dispuestos a matar, siempre en ese tono entre juguetón y terrorífico, entre la comedia adolescente y el slasher.
A su vez, comienzan los problemas, primero y principal porque la directora demora en ponernos en clima, a diferencia de la anterior (más allá de un prólogo ambientado en 1982 que nos anticipa la incorporación de Marioneta), y en darle el protagonismo a los robots, que son, en definitiva, las estrellas de la película.
La trama se vuelve un poco morosa y torpe, incapaz de entregar una muerte memorable o un susto efectivo, además de contar con un guardia nuevo, Michael (Freddy Carter), que solo está para justificar uno de los giros finales.
En Five Nights at Freddy’s 2 todo se siente de fórmula, por momentos como si Tammi activara el piloto automático y se dejara llevar por una narración monótona y sin inspiración, al punto de que la acción parece tan robótica como sus villanos.
Lo bueno es que muestra a unas máquinas antropomórficas que quieren averiguar a toda costa qué tienen los humanos en la cabeza (literalmente). Pero la sangre nunca llega ni termina de explotar (y el contenido tampoco ahonda demasiado).
Lo que queda claro es que es en la década de 1980 cuando la robótica acelera el proceso y empieza a infiltrarse en la vida de las personas y a complicar las cosas.
Éste es el otro logro de la película: la fusión entre robots y humanos, que cobra la forma de un híbrido monstruoso, otra máquina con sed de destrucción, en un acierto filosófico que hubiera funcionado mejor si le daba más rienda suelta al entretenimiento en vez de dar tanto lugar a situaciones dramáticas solemnes innecesarias o a giros predecibles.
Si bien la película nunca termina de aprovechar su potencial, las sorpresas y los pocos aciertos que tiene (como la música de The Newton Brothers y ese entendimiento entre los animatrónicos y las nuevas generaciones representadas en Abby) la salvan con lo justo de no convertirse en un bodrio más de la cartelera comercial.
Para ver Five Nights at Freddy’s 2
Estados Unidos / Canadá, 2025. Terror. Dirección: Emma Tammi. Guion: Scott Cawthon, basado en su videojuego homónimo. Elenco: Josh Hutcherson, Piper Rubio, Elizabeth Lail, Matthew Lillard, Freddy Carter, Wayne Knight, Mckenna Grace, David Andrew Calvillo, Teo Briones, Audrey Lynn Marie, Miriam Spumpkin y Han Soto. Fotografía: Lyn Moncrief. Música: The Newton Brothers. Duración: 104 minutos. Apta para mayores de 13 años. En cines.
























