El cura Marcial Maciel Degollado (1920–2008), el controvertido fundador de la congregación de los Legionarios de Cristo, es una figura cuya historia está intrínsecamente ligada al engaño y al abuso. Conocido en México desde hace más de dos décadas, su caso cobró una relevancia global a partir de la película Spotlight, inspirada en la investigación periodística del diario Boston Globe en 2001.
Aquel fue el quiebre en torno a los escándalos de abusos sexuales en la Iglesia Católica a nivel mundial, y fue entonces cuando el caso Maciel adquirió una fuerza inusitada.
Maciel construyó un verdadero imperio de poder y simulación, ocultando una vida de crímenes y abusos sexuales que se extendieron por décadas. Aunque su fallecimiento ocurrió en 2008, el procesamiento de su legado dentro de la Iglesia Católica ha sido un proceso lento, aunque hoy la propia Legión de Cristo ha reconocido los crímenes y abusos perpetrados por su fundador, y ya no queda nadie que pueda defender a Maciel.
La recientemente estrenada serie documental Marcial Maciel, lobo de Dios, disponible en HBO Max, se propone desentrañar la profunda complejidad de este personaje. La Voz conversó con Sebastián Gamba, productor de la serie documental, y con Cecilia Abraham, directora de contenido no guionado en Warner Bros Discovery para Latam.
Maciel es un personaje que genera un profundo rechazo por sus actos, pero al mismo tiempo resulta “fascinante” por su habilidad para manipular y conseguir sus objetivos.
–¿Cómo decidieron enfocarlo para mostrar esta visión global, esta idea de las “mil caras del monstruo” que da nombre al documental?
–Gamba: Sí, es un personaje fascinante en el sentido de que era un psicópata. Por lo general, estas personas son muy inteligentes y poseen una gran capacidad, especialmente para hacer el mal. Nunca habría llegado tan lejos sin esas habilidades. Nosotros abordamos su vida construyendo una línea de tiempo y armamos un esquema que era tipo doctor Jekyll y mister Hyde. Por un lado, trazábamos el crecimiento de la Legión de Cristo de la mano de Maciel, y, por el otro, cómo crecían paralelamente los abusos y los crímenes. De hecho, la primera investigación en su contra que llegó al Vaticano data de la década del ′40, y Maciel logró desmantelarla. Hay una proporcionalidad total entre el mal que hacía y la simulación del bien. Era un tipo que generaba una fascinación muy grande, casi un culto a sí mismo, como una secta, y todas las reglas que creó respondían a eso. Lo realmente impactante es que no era solamente un depredador sexual; construyó un imperio financiero con empresas fantasma y cuentas offshore, engañaba a mujeres en México y en España con identidades falsas y fue adicto a los opiáceos desde muy joven. De ahí surge precisamente esta idea de las mil caras del monstruo.
–¿Cuánto tiempo les llevó recabar tantos datos y testimonios, y cómo abordaron una historia que, si bien es conocida en ciertos círculos, busca una audiencia global?
–Gamba: El proceso de investigación comenzó hace aproximadamente siete años. Es una historia que con Matías Gueilburt, nuestro director, descubrimos hace más de 20 años en México, donde es sumamente conocida. Su impacto global se intensificó notablemente después de la investigación Spotlight del Boston Globe en 2001, un momento clave en el que los escándalos de abusos sexuales de la Iglesia Católica se hicieron muy difíciles de encubrir en todo el mundo.
–Al meterse con una congregación tan grande y poderosa como la de los Legionarios de Cristo, ¿enfrentaron algún tipo de presión? ¿Existe todavía alguna resistencia a aceptar la verdad sobre Maciel o ya hay una unanimidad sobre sus crímenes?
–Gamba: No, presiones no hemos tenido. Maciel falleció en 2008. Como en todos estos temas en la Iglesia Católica, los procesos de asimilación suelen ser más lentos que en el común de la humanidad. Pero la propia Legión de Cristo ya ha reconocido todos los crímenes y abusos del fundador. Hoy en día, no existe ninguna persona que pueda defender a Maciel. Es importante destacar que casi todos los periodistas, investigadores y escritores que participaron en la serie han publicado libros sobre el caso desde 2006. Nuestro aporte fue construir la complejidad de Maciel en una serie con todas estas voces, algo que no se había hecho antes. Generalmente, se había abordado un solo aspecto de él, en particular el abuso sexual, pero no todas las “mil caras de este monstruo”.
–En la serie se incluyen relatos muy difíciles, como los de las víctimas de abuso. ¿Cómo lograron que estas personas, como Juan José Vaca, compartieran sus experiencias tan dolorosas?
–Gamba: Vaca es parte del grupo de exlegionarios mejicanos que denunciaron a Maciel en la década del ’90. En ese entonces, había un encubrimiento muy grande y prácticamente una censura en los medios de México, porque Maciel todavía operaba con un poder inmenso. Esa barrera se rompe definitivamente en el año 2001. Este grupo de legionarios lleva más de 30 años luchando, en una verdadera lucha quijotesca, buscando que el Vaticano les pidiera perdón. El relato de él es muy doloroso y profundo. En este tipo de proyectos, uno dedica mucho tiempo a tener conversaciones con los entrevistados, hay un trabajo de mucho acompañamiento. Maciel ejercía un poder psicológico muy fuerte sobre Vaca, incluso lo envió luego a Estados Unidos como director general de la congregación en ese país, básicamente para controlarlo. La posibilidad de hacer una serie te permite construir un arco narrativo mucho más grande y con mayor profundidad.
–Como un género en claro auge, ¿qué análisis hacen en HBO Max sobre el gran interés actual por el “true crime”? ¿Qué buscan al invertir en este tipo de producciones?
–Abraham: Es una gran incógnita por qué el true crime es un éxito, pero es un hecho que es nuestro primer foco. Este género genera conversación social sobre temas que muchas veces dejamos de lado. Entendemos que tiene que ver con una búsqueda de conocer las historias en profundidad, de identificación con cuestiones sociales que suceden a diario. No tenemos una respuesta definitiva de por qué se da este fenómeno, es una gran curiosidad, y, de hecho, todas las plataformas estamos detrás del true crime, especialmente los casos que son socialmente resonantes. Nuestra búsqueda es volver a traer a la conversación en la sociedad ciertos temas que quizás quedaron olvidados o que fueron tratados de una manera banal.
Para ver
La docuserie Marcial Maciel: lobo de dios está disponible en HBO Max.