Este lunes, Woody Allen le rindió homenaje a Diane Keaton, icónica actriz estadounidense que falleció el sábado a los 79 años.
Claramente, el actor y cineasta debió tomarse un tiempo para reflexionar sobre la pérdida de su actriz preferida, con la que además mantuvo una prolongada relación amorosa que, con el tiempo, mutó en amistad.
Allen despidió a Keaton mediante un texto publicado en exclusiva para The Free Press. “Cuando nos conocimos pensé que era tan encantadora, tan hermosa, tan mágica, que cuestioné mi cordura. Pensé: ¿Es posible enamorarse tan rápido?”, escribió Allen, como para dejar en claro que, de movida, quedó cautivado por la belleza y personalidad de la que luego sería musa y compañera.
El encuentro en cuestión se produjo en 1969, cuando Woody Allen y el productor teatral David Merrick buscaban actrices para Play It Again, Sam, la obra de Broadway escrita por el primero que se programó en el antiguo Teatro Morosco de Nueva York.
“Vino, leyó para nosotros y nos dejó a ambos boquiabiertos”, contó Allen sobre Keaton, finalmente elegida para interpretar a Linda Christine. Tres años después, compuso al personaje en la película homónima de Allen, que en el país se estrenó bajo el título Sueños de un seductor.
En otro tramo de su texto, Allen reveló que se enamoró de Keaton mientras ambos trabajaban en Play It Again, Sam, y que fue durante ese tiempo que le mostró Robó, huyó y lo pescaron, su segunda película. “Ella dijo que la película era muy divertida y muy original. Sus palabras. Su éxito le dio la razón y nunca más dudé de su criterio”, confesó.
“A pesar de su timidez y su personalidad reservada, estaba totalmente segura de su propio criterio estético. Ya fuera criticando una película mía o una obra de Shakespeare, las sometía a la misma prueba de valor”, sumó para reivindicar lo certera que era Diane Keaton a la hora de una devolución crítica.
“Con el tiempo, hice películas para una sola audiencia: Diane Keaton”, remató.
Además, Woody Allen se refirió al sentido de la moda de su actriz predilecta, que contribuyó a definir su papel protagónico y ganador del Óscar en su película de 1977, Annie Hall.
“Era un espectáculo digno de admirar, por supuesto”, escribió al respecto.
“A pesar de todo su genio y perspicacia teatral y artística… Diane Keaton era una campesina, una patanita, una paleto. Fue asombroso que esta hermosa campesina se convirtiera en una actriz galardonada y un sofisticado icono de la moda”, sostuvo luego.
“Pasamos unos años muy buenos juntos y finalmente ambos seguimos adelante, y solo Dios y Freud podrían entender por qué nos separamos. Ella salió con varios hombres apasionantes, todos más fascinantes que yo”, fue lo que expuso Allen sobre su recordado romance con Keaton.
“Íbamos a los partidos de los Knicks y después a Frankie and Johnnie’s a comer un bistec -reveló-. Se comía un solomillo, papas hash brown, tarta de queso marmolada y café. Al llegar a casa, momentos después estaba tostando waffles o preparando un taco enorme de cerdo. Me quedaba allí parado, atónito”.
En la conclusión de su mensaje, el director escribió que la muerte de Keaton ha “redefinido” el mundo.
“Hace unos días, el mundo era un lugar que incluía a Diane Keaton. Ahora es un mundo que no la incluye. Por lo tanto, es un mundo más deprimente.Aun así, están sus películas. Y su gran risa aún resuena en mi cabeza”, cerró.
“Era tan moderno, con sus gafas gruesas y sus trajes geniales”, había escrito Keaton sobre este vínculo, en su libro de memorias Then Again.
“Pero fue su manera de ser lo que me atrapó, su forma de gesticular, sus manos, su tos y su forma de mirar hacia abajo de manera autocrítica mientras contaba chistes”, completó.
Además de Play It Again, Sam y Annie Hall, Keaton protagonizó las películas de Allen El dormilón (1973), Amor y muerte: La última noche de Boris Grushenko (1975), Interiores (1978), Manhattan (1979) y Misterioso asesinato en Manhattan (1993).
Diane Keaton, firme defensora de Woody Allen
Sobre este último título, es oportuno recordar que Keaton fue elegida a última hora para reemplazar a Mia Farrow, colaboradora y pareja sentimental de Allen durante muchos años.
En 1992, Farrow y Allen iniciaron una polémica batalla por la custodia cuando se reveló el romance de Allen con Soon-Yi Previn, la hija adoptiva de Farrow, quien entonces tenía unos 20 años.
Allen y Previn se casaron en 1997.
En 1993, Farrow afirmó que, en 1992, su hija Dylan le había dicho que Allen la había tocado sexualmente y que había “actuado de forma inapropiada con ella”.
Allen nunca fue acusado de ningún delito y negó las acusaciones.
Keaton apoyó a Allen en medio de las acusaciones.
En 2018, cuando Allen se enfrentaba a nuevas críticas en medio del movimiento #MeToo, Keaton escribió en Twitter (ahora X): “Woody Allen es mi amigo y sigo creyéndole. Quizás te interese echar un vistazo a la entrevista de 60 Minutes de 1992 y ver qué opinás”.
También incluyó un enlace a la entrevista en el tuit, en la que se defendía de las acusaciones de Dylan y Mia.
“Es la persona más fuerte que he conocido en mi vida”, dijo Keaton sobre Allen.
“Es de acero. Y hablando de ética laboral, es una de las personas que realmente me enseñó que hay que trabajar duro. Pero él quería hacerlo. Es la persona más disciplinada que he conocido, con la excepción de mi padre”, completó.
Cuando se le preguntó directamente sobre las acusaciones de abuso, Keaton declaró al medio: “No tengo nada que decir al respecto. Excepto: le creo a mi amigo”.
Pese a que Diane Keaton siempre creyó en la inocencia de Woody Allen, Mia Farrow fue respetuosa a la hora de despedirla. “Era una actriz absolutamente maravillosa, y una persona excepcional y fascinante. Mis condolencias a sus hijos y hermanas. Descansa en paz, Diane”, escribió Farrow.