¿Podés aguantar seis horas sin reírte rodeado de comediantes que hacen de la risa su profesión? Ese es el desafío que propone LOL: Last One Laughing Argentina, un reality que regresa a la pantalla de Prime Video el 12 de septiembre con Susana Giménez como presentadora, y en esta ocasión con Dario Lopilato como coanfitrión.
En LOL, la risa es el enemigo por vencer y en total son 10 los humoristas que asumen el reto en esta segunda temporada: Pachu Peña, Nazareno Mottola, Pablo Granados, Juli Savioli, Fabio Alberti, Dani La Chepi, Alex Pelao, Marina Bellati, Martín Rechimuzzi y Lucas Upstein. El vencedor será quien mejor domine el arte de la contención, y haga caer a los demás en la tentación de la carcajada, pero el gran premio se lo llevarán los espectadores, que podrán reír sin censura durante los seis capítulos. Antes del estreno, Fabio Alberti repasa en diálogo con La Voz cómo se preparó para el desafío, qué lo sorprendió y cómo fue para él debutar en un formato que no le era familiar.
–¿Cómo te preparaste para este desafío que, si bien conecta con tu humor, te lleva a otro formato? ¿Fuiste con rutinas previamente armadas?
–Había toda una producción detrás de LOL. Contábamos con un equipo que te entrenaba y con quienes hacíamos ensayos día por medio, probando ideas y situaciones para hacer reír al otro. Lo que más me costaba, en realidad, era no tentarme con lo que yo mismo hacía, porque si me reía también perdía. No podés reírte nunca: incluso una simple mueca ya se considera risa. Tampoco podés taparte o mirar para otro lado, porque hay cámaras en todas partes y siempre te van a ver. Entonces, más que enfocarme en hacer reír a los demás, me concentraba en no reírme yo. Porque si intentaba hacer reír al otro y no lo lograba, terminaba tentándome yo mismo. Obviamente, parte del juego es generar risa en los demás, pero ese riesgo siempre está. Después veremos en el programa si lo logré o no.
–Pese a estar todo bastante estudiado y programado ¿al momento de las grabaciones sentís que hubo lugar para la improvisación?
–Sí, hay mucho espacio para la improvisación. Se trata un poco de eso también: de generar propuestas. Si yo digo “vamos a hacer tal cosa”, los demás se tienen que sumar. Es una de las reglas del programa. No puede pasar que propongas algo y nadie te dé bola.
–¿Hay bajadas de línea sobre algunos temas sobre los que no se puede bromear?
–Lo básico: no ofender a nadie. Todo lo que pueda ser cancelable hoy en día está fuera. Pero tampoco es al extremo de decirte “no digas esto, no digas aquello”. Lo obvio: no reírse de comunidades, no ir por ese lado. Y algunas otras cosas más.
–En tu video de presentación del programa asumís el rol de Peperino Pómoro, personaje que hoy correría el riesgo de ser cancelable.
–Bueno… pero al no estar vestido de cura por ejemplo, ya es diferente. Me parece que las cosas que se leen y que se dicen en las redes son un horror, un espanto. Me parece que hoy la gente se sigue riendo de lo que quiere y como quiere, y no sé si hasta peor que antes. De hecho, hasta se burlan de lo “cancelable”.
–¿Hay una doble vara en ese aspecto?
–Totalmente, seguro que sí, por lo menos en las redes. En los medios más masivos hay más cuidado, pero en las redes, que dicen lo que se les canta, te encontrás con las peores barbaridades. Cuántas veces entrás a un video, un reel, o a algún posteo y te encontrás con gente que escribe, “entré a ver los comentarios” y hay un montón de comentarios que son uno peor que el otro, burlándose.
–Volviendo al programa, ¿ya sabías la lista de humoristas a los que te ibas a enfrentar antes de desembarcar en las grabaciones? Y, de ser así, ¿le tenías miedo a alguno en particular?
–No, previamente no lo sabíamos. Me encontré con ellos en las grabaciones. A algunos los conocía más, a otros menos, y a algunos ni los conocía, o sólo por nombre. Hay distintas generaciones de gente también, y eso está bueno porque cada uno tiene su humor. Algunos se ríen de unas cosas, y otros no. Pero sí, cuando te dicen los nombres ya sabés más o menos con quiénes tenés más riesgos de morir de la risa.
–¿Y hubo alguien que no tenías en el radar, pero te sorprendió gratamente?
–Eso no te lo puedo responder porque sería un spoiler muy grande.
–¿Sentís que tu humor cambió con el paso de los años?
–Siento que no, no cambió. Lo que hacía hace 30 años lo sigo haciendo hoy, sin necesidad de mutarlo. Tal vez hubo un crecimiento, un desarrollo, pero básicamente siempre fue el mismo humor. De alguna manera, creo que el humor que siempre hice estaba adelantado, porque nunca fui cancelado. Y lo que hacía hace 30 años hoy lo sigo haciendo sin problemas. Sin necesidad de recortar nada.
–¿Te considerás una persona fácil de hacer reír o complicada?
–Soy de risa fácil, pero depende del momento y la situación. No es que me cueste reírme, pero pasa por el contexto.
–Muchos sostienen que generar el contexto para hacer llorar en ficción es más fácil que generar el contexto para hacer reír. ¿Coincidís?
–Sí, puede ser. Pero hoy la gente está cada vez más pelot... digamos, y se ríe cada vez más fácil.
–¿Y no será que la gente está ávida de reírse más en estos tiempos?
–La gente siempre necesitó reírse. Siempre hay algo malo dando vueltas, y uno necesita descargar, pasarla bien, desconectarse un rato. Seguro que la risa es necesaria.
–¿Qué sentís que te dejó como aprendizaje este paso por LOL? ¿Te sentiste cómodo en este formato?
–Sí, fue raro porque nunca me imaginé en un reality, aunque este no es como los demás realities. Estuvo divertido, me la pasé bien. Tal vez debería haberme divertido menos. Pero también hubo muy buena onda con la gente, dentro y fuera de las grabaciones.
Para ver LOL: Last One Laughing Argentina
Segunda temporada, por Prime Video. Los tres primeros episodios disponibles a partir del 12 de septiembre, seguidos por los últimos tres el 19 de septiembre. Los comediantes que participan en esta segunda temporada son Pachu Peña, Nazareno Mottola, Pablo Granados, Juli Savioli, Fabio Alberti, Dani La Chepi, Alex Pelao, Marina Bellati, Martín Rechimuzzi y Lucas Upstein.