Destino de anhelos tan románticos como políticos, la Luna se proyecta como satélite clave en La otra cara de la Luna, comedia romántica de Greg Berlanti (Yo soy Simón). Después de una introducción de registros televisivos en que se comprueban las fallidas misiones estadounidenses de alunizaje previas a 1969, la ficción presenta a la pareja estelar que protagonizará esta historia a caballo entre dos mundos y géneros narrativos: el romance y la carrera espacial, la screwball comedy y el thriller conspirativo, en ese año icónico en que el país del norte plantó su bandera en la superficie lunar.
Kelly Jones (Scarlett Johansson) es una agente de relaciones públicas neoyorquina capaz de poner en práctica las maniobras más arteras (disfrazarse, mentir, tergiversar) con tal de lograr sus persuasivos fines.
Del otro lado está Cole Davis (Channing Tatum), un aplomado e insobornable expiloto que carga con la heroica responsabilidad de asegurar la llegada del Apolo 11 a su redondo objetivo.
Ambos personajes cruzan caminos por intermedio del insidioso Moe Berkus (Woody Harrelson), quien busca controlar el entorno de la NASA respondiendo a órdenes del presidente Nixon. Para eso convoca a la efectiva Jones y la hace viajar a la base en Florida desde donde se lanzará el cohete, y en la que esta debe lidiar de modo encubierto con un Davis al que solo lo mueve un sincero y noble patriotismo.
Por más que la atracción entre ellos ocurre a primera vista, la dupla deja en segundo plano su magnetismo para concentrarse en las tareas asignadas, que marcan en su cuenta regresiva de preparativos y pruebas accidentadas el ansioso in crescendo hacia el despegue.
La mayor tensión de ese tironeo privado y profesional entre ambos adviene cuando Berkus insta a Jones a gestionar una televisación falsa de la llegada a la Luna por motivos preventivos, para lo cual ella tendrá que concebir un set hecho a medida.
El filme hace cristalinos los paralelismos de su propuesta, entre la luna idealizada y la verdadera, la fake news y el hecho verídico, la indiferencia fingida y el amor real, con una nitidez casi esquemática.
Johansson es el vivaz combustible que propulsa al largometraje, aunque su desangelada dinámica con Tatum no ayuda a que La otra cara de la Luna despliegue del todo esa dualidad que cita, y así la sensación final es justamente la de haber contemplado la transmisión simulada de un hito incomprobable.
Para ver
La otra cara de la Luna. EE.UU., Reino Unido, 2024.
Calificación: buena
Guion: Keenan Flynn, Rose Gilroy y Bill Kirstein.
Dirección: Greg Berlanti.
Con: Scarlett Johansson, Channing Tatum y Woody Harrelson.
Duración: 132 minutos.
En cines.
