Pasaron nueve años del estreno de El contador (2016), la película dirigida por Gavin O’Connor y protagonizada por Ben Affleck que sorprendió al presentar a un héroe de acción con Asperger: Christian Wolff, una mente brillante capaz de resolver problemas matemáticos complejísimos y de enfrentarse cuerpo a cuerpo con cualquier mafioso o delincuente, gracias a su alto entrenamiento físico y militar.
Ahora llegó su secuela, El contador 2, con algunas diferencias respecto a la primera y varias licencias narrativas que le aportan novedad, aunque también cierta inconsistencia.
Christian sigue instalado en su casa rodante llena de armas y esta vez lo vemos más preocupado por encontrar una compañera, lo que lo lleva a participar en concursos de primeras citas. Pero su obsesión, su perfeccionismo, su inteligencia y su dificultad para relacionarse con los demás lo hacen quedar como un desubicado.
Luego de un prólogo potente, entra en escena la subdirectora del Tesoro, Marybeth Medina (Cynthia Addai-Robinson), encargada de investigar el asesinato de Ray King (J.K. Simmons), un agente privado y exfuncionario que seguía la pista del paradero de una familia salvadoreña emigrada a los Estados Unidos. En esa escena inicial, King es asesinado en un club nocturno, poco después de hablar con una joven misteriosa (Daniella Pineda).
Esta situación lleva a Marybeth a buscar a Christian Wolff, el único capaz de descifrar el rompecabezas que dejó la muerte de King. Así llegan a una red de trata de personas, donde se explota a mujeres y se encierra a niños. Como era de esperar, Christian llama a su hermano mayor, Braxton (Jon Bernthal), un justiciero tan letal como él, para pedirle ayuda en la búsqueda de los asesinos.
De este modo, la película se transforma en una buddy movie de hermanos, y la comicidad y la química entre ellos se encienden al toque. El problema es que la historia se ajusta demasiado a la fórmula y entrega escenas en piloto automático, sin demasiada consistencia.
Un ejemplo es la incorporación forzada de una suerte de ejército de adolescentes hackers neurodivergentes que ayuda a Christian a localizar a los delincuentes. Este elemento -o subtrama- la acerca al tono de una película de superhéroes, como si fueran pequeños X-Men cibernéticos.
Sin embargo, cuando llegan las escenas de acción -sobre todo el tiroteo final-, el pulso de O’Connor se muestra firme y potente, manteniendo los toques de humor y la contundencia de la balacera, como en la primera entrega.
En cuanto a la relación entre los hermanos, decae por momentos, aunque tiene escenas inspiradas y efectivas, como cuando se emborrachan en un bar. El problema es la facilidad con la que se resuelven los conflictos, algo que debilita el resultado final.
Lo interesante es que Christian sigue haciendo trabajos sucios de números, contabilidad y lavado de dinero para mafiosos, sin dejar de ser ese justiciero impecable e implacable que puede volverse contra sus propios clientes, sobre todo cuando se meten con gente inocente. Para muchos, sus principios no terminan de quedar claros. Pero no importa: a esa altura de la acción, la película ya cumplió y nos hizo pasar un buen momento.
Para ver El contador 2
The Accountant 2, Estados Unidos, 2025. Acción. Dirección: Gavin O’Connor. Guion: Bill Dubuque. Elenco: Ben Affleck, Jon Bernthal, Cynthia Addai-Robinson, J.K. Simmons, Daniella Pineda, Robert Morgan, Allison Robertson, Grant Harvey, Andrew Howard, Yael Ocasio y Lombardo Boyar. Fotografía: Seamus McGarvey. Música: Bryce Dessner. Duración: 124 minutos. Apta para mayores de 16 años. En cines.