Es fácil escribir a favor de Bebé reno, la miniserie británica de Netflix creada por el actor, escritor y comediante escocés Richard Gadd, basada en un terrible episodio de su vida. Y cómo no hacerlo, si toca temas comprometidos, difíciles, condenables desde cualquier punto de vista, como el acoso, el abuso sexual y la violación.
En su contra quizás se pueda decir que está diseñada exclusivamente para conmover, pero lo hace en clave de comedia honesta, ejecutada de manera efectiva y con actuaciones descollantes, como las de sus protagonistas: el propio Gadd como Donny y Jessica Gunning como Martha.
Y uno de los artilugios en los que se apoya Bebé reno es que está basada en la vida de Gadd, como si fuera la exposición a cara descubierta de su drama, con mucha valentía y decisión, para que cale hondo en la sensibilidad de la audiencia, y para hacer notar, con mucha habilidad, que lo que se cuenta es grave e importante.
También se puede decir que Donny (y Gadd) se refugia en la desgracia, en su mala suerte, en el abuso sufrido, al que le saca provecho con coraje, pero también con las oportunistas intenciones de convertirse en un actor-comediante-artista jugado y exitoso.
Sin embargo, el verdadero mérito de Bebé reno no es la temática ni su gravedad, sino la gracia incómoda con la que lo cuenta, como si no hubiera nada más hilarante que una mujer desquiciada acose a alguien a quien, de algún modo retorcido, le gusta ser acosado. Ese drama patológico, esa amenaza tóxica y peligrosa es la clave de la efectividad de la serie, lo que la torna adictiva.
La composición de los personajes, tanto de Gadd como de Gunning, sobrepasan los límites de lo magistral, y si bien bordean en todo momento lo inverosímil, logran entretener, emocionar y hacer pensar.
Una relación enfermiza y compleja
Todo empieza cuando el comediante fracasado Donny Dunn le da una taza de té, o una Coca-Cola dietética, a una mujer robusta que entra al bar donde trabaja. Apenas la ve, Donny se siente atraído por la mirada incisiva y lastimera de Martha, y por los piropos que la mujer le suelta con total descaro.
A partir de ahí, Donny empieza a cometer un error tras de otro al darle cada vez más calce a quien se convertirá en su acosadora.
La mujer, que nos recuerda a Annie Wilkes (de Misery), sobre todo por su intensidad romántica, comienza a mandarle mails y a escribirle mensajes que cierran con un “enviado desde mi iPhone”, con errores ortográficos y de tipeo.
Donny se agarra de esto para ir a la policía a hacer la denuncia y empieza su pelea interior, porque está seguro de que quiere denunciarla y, a la vez, hay algo en él que no lo deja, quizás porque Martha es lo que siempre estuvo buscando.
Un triángulo amoroso
Pero esto no es todo, ya que falta mencionar al otro personaje clave, Teri (Nava Mau), la mujer trans de la que está enamorado Donny y quien le trae más de un problema por los celos que despierta en Martha.
Sí, son muchas cosas juntas, y el episodio cuatro es el más terrible y triste, porque muestra la violación al personaje (basada en la violación sufrida por Gadd).
Los siete episodios de Bebé reno están resueltos con una economía narrativa y una comicidad admirables, manejados con maestría por las dos directoras, Weronika Tofilska (E1, 2, 3 y 4) y Josephine Bornebusch (E5, 6 y 7), y por Gadd y Gunning, quienes entregan escenas tremendas, pequeñas obras maestras de la incomodidad.
Para ver
Bebé reno (Baby Reindeer, Reino Unido, 2024)
Drama, Comedia
Calificación: Muy buena
Dirección: Weronika Tofilska (E1, 2, 3 y 4) y Josephine Bornebusch (E5, 6 y 7). Guion: Richard Gadd.
Elenco: Richard Gadd, Jessica Gunning, Nava Mau, Danny Kirrane, Thomas Coombes, Shalom Brune-Franklin, Tom Goodman-Hill, Nina Sosanya, Hugh Coles y Michael Wildman.
Música: Evgueni Galperine y Sacha Galperine.
Apta para mayores de 18 años. En Netflix.
