En Envidiosa, Bárbara Lombardo y Marina Bellati componen a dos amigas de un grupo de cuatro que se tienen que fumar a la Vicky de Griselda Siciliani, que es intensa, insegura, obsesiva y, por supuesto, envidiosa.
En la serie argentina que es furor en Netflix, y que este miércoles estrena segunda temporada, las jóvenes actrices se ponen en las pieles de Melina y Debbie, respectivamente, dos satélites amorosos de la protagonista conflictuada que eventualmente pueden salir dañadas por ella.
Y lo hacen con evidentes gracia, compromiso y alegría. De taco, podría decirse, algo que se vuelve más palpable cuando, escena tras escena, se percibe la buena química de un team femenino que completan Carolina (la hermana de Vicky interpretada por Pilar Gamboa) y Lu Pedemonte (Violeta Urtizberea).
Lombardo y Belatti ahora están sentadas en su set mirando a una PC, en cuya pantalla hay una sesión de Zoom abierta para charlar con La Voz. De lo que sea, de lo que pinte, sin red.
–¿Hay Vickys en sus respectivos grupos de amigas?
–Bárbara Lombardo: Yo no tengo una Vicky, pero desde el estreno de la primera temporada de la serie a hoy, me ha pasado que se me han acercado en reuniones y me han dicho “Soy Vicky, me pasó esto, sentí esto otro…” Y antes de que esta chica llegara, sus amigas me habían advertido “Es Vicky, cuidado”.
–Marina Bellati: No tengo Vickys, gracias a Dios. Tampoco tengo la paciencia ni la piedad ni las ganas de domesticar a una amiga así. A estas alturas, imposible. Igual, creo que Vicky tiene otros costados valiosos, no es sólo una mostra (sic). Las amigas de la serie son amigas desde muy chicas y tienen algo de arrastre que es muy fuerte, casi familiar, tanto como para tolerar a la envidiosa del grupo. Pero pensándolo para mí, no, es de muy alto mantenimiento.
–Tras ser engañada por su esposo, Melina (Bárbara) se reconvirtió en botinera y no tiene dramas en exteriorizar su felicidad. Y Debbie (Marina) sale del placar después de pasar de largo ante el ideal de Vicky de casamiento con toda la pompa… ¿Empatizan con sus personajes?
–Bárbara Lombardo: Por supuesto que empatizo con Melina. Me encanta que la vida le haya dado la oportunidad de una relación amorosa en la que disfruta a pleno y la pasa bien después de la decepción que vivió.
–Marina Bellati: También empatizo con Debbie. Y aliento a todas las personas a que vayan y que se animen a ir detrás de su deseo real. Vicky está presa de los mandatos y en el capítulo final de la temporada uno, en el que Debbie decide no casarse, ella no sabe muy bien por qué. Sólo entiende que no quiere hacerlo, que hay algo que le dice no. Lo tiene bastante claro, pero Vicky no lo percibe ni la escucha. En la segunda temporada, Debbie tiene una oportunidad de vivir algo nuevo y se anima, eso está bueno. Y yo tengo una actitud similar en mi vida, así que sí, todo bien con Debbie.
–“Envidiosa” es arrojada en el sentido de que propone un personaje central femenino egoísta y envidioso en tiempos en que el feminismo reclama sorodidad. ¿Cómo lo ven a eso?
–Marina Bellati: Me considero feminista, pero creo que el movimiento también tiene contradicciones. Eso es lo lindo de la cuestión: estar pensándose todo el tiempo, aprendiendo todo el tiempo, jugándosela para dejar cosas atrás. El feminismo no es tenerla reclara y que ya entendemos todo. El feminismo en indagar, dudar, poner en el tapete estas cuestiones. Tratar de revisar los mandatos. Y sí, Vicky tiene ideas anticuadas y es presa de los deseos de la sociedad, pero bueno, también empieza a ponerlos en duda… Mucho más en esta segunda temporada, que considero que hay un hincapié en la cuestión.
–Ustedes son actrices con espalda teatral, con academia, aunque curtidas en la TV por aire, un espacio que le hubiera venido bien a “Envidiosa” si la serie hubiera salido hace 10 años o más. ¿Añoran esos años?
–Bárbara Lombardo: Añoranza, no. Todo pasa tan rápido que casi no hay margen para añorar nada. Simplemente estoy feliz de estar haciendo Envidiosa… Siento que es un grupo espectacular… Nos conocimos haciendo televisión, un medio que hemos transitado casi todos, y ahora está buenísimo reencontrarse trabajando para Netflix, una plataforma de buen alcance. Me pone muy contenta la repercusión de Envidiosa. Siento que la serie hace feliz a la gente.
–Marina Bellati: Añoro en el sentido de que me gustaría que cualquier persona pueda prender la tele y ver algo así sin tener que pagar una plataforma… Lo digo también porque extraño Fútbol Para Todos. Me gusta lo popular. Que sea un bien de lujo ver una serie… Eso. Añoro la tele abierta del mismo modo que añoro otro mundo en general.
–Bárbara, en una entrevista contaste que escribiste una serie. ¿De qué va? ¿En qué instancia de realización está?
–Bárbara Lombardo: La verdad es que no puedo contar mucho, pero está en proyecto de desarrollo… De escritura y de revisión. No quiero ni hablarlo porque prefiero estar más cerca de la etapa de concreción. Pero gracias por preguntar. Eso sí, en otro momento te puedo hablar de varias obras de teatro que estoy produciendo, si te interesa.
–Claro que sí… Pero ahora paso a Marina: también en una entrevista reciente, y a diferencia de Bárbara, dijiste que no interesa nada por afuera de la actuación. Ni la dirección ni la docencia.
–Marina Bellati: Leíste bien. No me interesa otro rol que no sea el de actriz. Pero hago otras cosas: estudié letras, me interesa escribir, soy una lectora voraz. Ahora, en la ficción audiovisual sólo quiero actuar. Me fascinan los otros oficios de este mundo, admiro muchos a varios que los ejercen, pero no me interesan para mí.
–Va la última: ¿qué ven en Netflix?
–Bárbara Lombardo: Ahora estoy viendo el documental de Britney Spears (Britney vs. Spears, de Erin Lee Carr). Me parece interesante, más allá de que la amo y la amé siempre a ella, esta producción me dejó entender muchas cosas sobre su vida, sobre cómo se construyó y lo que padeció. Y me parece espectacular el documental sobre los Menéndez Brothers (Los hermanos Menendez, de Alejandro Hartmann). Me gusta más que la serie (Monstruos: La historia de Lyle y Erik Menéndez, creada por Ryan Murphy y Ian Brennan). Me sorprendió la importancia del caso, su contexto histórico y cómo en el juicio contra O.J. Simpson, con tal de absolverlo, llevó a que acusaran a cualquiera. Por otro lado, me reveló lo invisibilizado que estaba por entonces el abuso intrafamiliar entre varones. El incesto de padre e hijo fuera tan negado en ese momento.
–Marina Bellati: Soy más de las películas. Las series me cuestan. Cuando las veo, siempre pienso que podría usar ese tiempo viendo una película buena. Está mal que lo diga porque trabajo en series, pero es lo que siento. Igual, soy re espectadora, puedo ver cualquier cosa.