Este domingo estrenó Task, la serie a la que HBO apuesta como su caballito de batalla para este último trimestre del año. Y la verdad es que tienen motivos con los que ilusionarse.
En primer lugar, porque detrás de este drama policial está Brad Ingelsby, el mismo de Mare of Easttown, una de las mejores series de 2021.
Task de hecho recupera gran parte de la atmósfera narrativa de aquella serie. Aquí, en lugar de Kate Winslet está Mark Ruffalo, ofreciendo una actuación deslumbrante que se encamina a figurar entre lo mejor del año, sin dudas.

Él interpreta a un agente del FBI que ha atravesado alguna especie de trauma que en principio desconocemos, y lejos de la estar en la acción, se encarga de reclutar nuevos agentes en las ferias de oficios y carreras.
Sin embargo, a partir de la decisión de su jefa se ve obligado a volver al campo, a raíz de un caso potencialmente muy conflictivo.
Al frente de una unidad especial deberá investigar una serie de robos violentos perpetrados en “casas de drogas”, en los suburbios de clase trabajadora de Filadelfia, donde transcurre toda la historia.
Ahí se introduce la otra parte de esta historia. Tom Pelphrey (algunos lo recordarán por su papel en Ozark) interpreta a un hombre aparentemente común y familiar, que pasa sus días trabajando como basurero junto a su compañero de camión (Raúl Castillo). Esa es solo la fachada desde la cuál van investigando y haciendo seguimiento a las casa de drogas que luego van a atacar por las noches.

A ese esquema simple, se le van adicionando múltiples capas que tienen que ver con pandillas de motoqueros, el negocio del fentanilo, un secuestro que no estaba en los planes de nadie, los problemas de salud mental y el submundo del hampa.
El cómo se cuenta, más que el qué
A contramano de las ofertas que abundan en plataformas, el encanto de Task radica en que parece regirse por sus propias reglas y tiempos más que por los del mercado. Aunque pueda parecer algo lenta en su comienzo, el guión está magistralmente construido, revelando información a cuentagotas pero claves en cada episodio, hipnotizándonos con la historia de un Estados Unidos profundo y marginal.
En eso es clave cómo se van amoldando las subtramas que van completando y explicando el relato. Desde las historias personales de los compañeros de esa unidad especial del FBI, hasta por ejemplo el gran trabajo de Emilia Jones como la sobrina del personaje de Pelphrey, el sostén de una familia al borde de todo.

Este policial atípico también muestra emocionalidad con la actuación de Silvia Dionicio como la hija adoptiva del personaje de Ruffalo.
Así, el relato es amplio y humano, mientras de fondo está la cacería del “gato y el ratón” que emprenden los protagónicos. Por eso mismo, se trata de una serie con personajes multidimensionales, cuyas acciones impactan entre sí, conformando un auténtico drama familiar muy bien contado y resuelto.
Para ver
Task: unidad especial, en HBO. Siete episodios, estrenando uno por domingo, de una de duración cada uno.