“No era rica, no era empresaria, no tenía 18 amantes, no vivía en un country, no jugaba al juego de la olla. No era swinger. No sabemos si Nora Dalmasso se quería separar, si fue abusada, si tuvo sexo consentido. Nos dicen que la mató un sicario, un obrero, un amante, el marido. El caso atrajo desde su origen como un símbolo de lo que les sucede a los que se apartan del modelo patriarcal. El caso reveló nuestra moral engañosa, revulsivos prejuicios, y una necesidad de condenar todo lo que sea estatus, poder y placeres. Hay algo que tiene que ver con nosotros como violadores o resentidas víctimas, que no se solucionará por más que pongan preso de por vida al asesino de Nora Dalmasso”.
Con esas frases, la periodista de La Voz Denise Audrito cierra una de las intervenciones que tuvo dentro del documental Las mil muertes de Nora Dalmasso.
El texto, que formó parte de una columna publicada en este medio el 22 de junio de 2007, sirvió de guía para el documental de Jamie Crawford en esta coproducción de Reino Unido y Argentina recientemente estrenada en Netflix.
Si algo queda claro después de ver la reconstrucción de Crawford, es que a Dalmasso se la mató de mil maneras en la esfera pública.

Qué muestra Las mil muertes de Nora Dalmasso
La serie documental consta de tres episodios, “El crimen”, “Los acusados” y “El juicio”.
La narración es cronológica, coral y equilibrada. Arranca por el comienzo, relatando el hallazgo del cuerpo de Nora y la desastrosa pesquisa inicial cuyas consecuencias se arrastrarán durante toda la investigación, ya que más de 20 personas estuvieron en la escena del crimen cuando se tomaban las muestras.
Una vez contado el hecho, y mientras los hijos comentaban cómo se habían enterado de la trágica noticia, el documental presenta a los periodistas locales que siguieron el caso de cerca.
Además de Audrito, hablan Pablo Ferrari y Hernán Vaca Narvaja, quien perdió una disputa judicial con la familia por sus artículos en la revista riocuartense Sur.
Todos ellos intentan recomponer el relato de lo ocurrido facilitando con sus explicaciones el recuerdo de todos los vaivenes legales que tomó el caso en la Justicia.
Pero sin dudas lo más interesante de Las mil muertes de Nora Dalmasso son los testimonios familiares.
Blanco del escarnio público y de dos imputaciones resonantes (la del hijo, primero, y la del padre, después), la familia Macarrón es la voz resonante del documental.
A casi 20 años del crimen, mientras se resuelve si la causa prescribió y queda impune, tanto Facundo como Valentina pueden explayarse sobre el recuerdo de su madre.
Según cuentan ambos hijos de Nora, aceptaron hablar en la serie porque querían de alguna manera limpiar el recuerdo de su madre, herido de tantas habladurías en el circo mediático.
“Para acercarse a su experiencia, para que se entienda, tenés que hacer daño. Esas personas tienen que pasar de nuevo por los momentos más dolorosos de su vida entera, confiar y abrirse. Cada entrevista por esto me costó muchísimo. Son muchas horas haciéndoles este daño y al mismo tiempo tratando de acompañar”rio cua, dijo el director a La Voz en una entrevista reciente.

Mientras transcurren los dos primeros episodios, el espectador podrá sentir algo de la asfixia que vivieron esos chicos que no podían guardar luto a su mamá en paz.
Facundo, más entero, puede exponer, a casi 20 años, cómo cada golpe judicial afectó la salud de su familia. Y Valentina, mucho más vulnerable a lo ocurrido, se quiebra al relatar el doloroso proceso que vivieron al verse puestos en tela de juicio en todo el país.
Tratamiento mediático
Sin adelantar el final, el documental no parece tener como objetivo dilucidar quién mató a Nora Dalmasso, sino exponer una situación que hoy, vista a la distancia, debe servirnos para reflexionar sobre la morbosa manera en que consumimos noticias policiales.
La reconstrucción del tratamiento judicial y mediático del caso que se expone en Las mil muertes de Nora Dalmasso deja un sabor amargo.
Las tapas de revista sexualizando y revictimizando a la mujer asesinada, las cámaras ocultas (y no tanto) persiguiendo a los hijos por dondequiera que fueran, las remeras que decían “No estuve con Norita”, formaban parte de la agenda mediática y hasta de bromas en canales de televisión.
Y ni hablar de los desaciertos de la Justicia a la hora de reconstruir aquella noche en la que murió Nora.
Pero sin dudas la gota que colmó el vaso fue la exposición, en un canal de aire bonaerense, en plena tarde, de las imágenes de Nora muerta en su casa.
Ni Facundo ni Valentina esquivaron hablar del tema. El propio Facundo relató que se encontraban en la casa de su abuela cuando la vieron en vivo en la televisión.

Por último, en el capítulo final de la serie, habla Marcelo Macarrón, quien fue imputado y sobreseído como autor del crimen de su esposa. Sus palabras, esquivas durante años, sirven para completar este rompecabezas al que todavía le falta una pieza fundamental: conocer el nombre del asesino de Nora Dalmasso.
Para ver Las mil muertes de Nora Dalmasso
Reino Unido/Argentina, 2025. Guion y dirección: Jamie Crawford. Producción general: Rosie Taylor. Producción ejecutiva: Jamie Crawford, Tom Keeling. Entrevistados: Facundo Macarrón, Marcelo Macarrón, Valentina Macarrón, Denise Audrito, Pablo Ferrari, Hernán Vaca Narvaja, Cecilia Balbo, Gustavo Liebau, Daniel Zabala (bioquímico), Juan Carlos Jaime (genetista forense), Gustavo Liebau (abogado de la familia), Julio Rivero (fiscal de cámara), Liliana Caruso (periodista de Buenos Aires), Cecilia Balbo (amiga de Nora); Néstor Ponzio (amigo de Nora). Disponible en: Netflix.