El reconocido humorista Juan Antonio “Cacho” Garay fue liberado este lunes, luego de permanecer detenido durante dos años a raíz de la denuncia presentada por su exesposa, Verónica Macías.
Garay, conocido por su trayectoria en el humor, enfrentaba graves acusaciones que incluían amenazas agravadas, tenencia ilegal de arma de fuego de uso civil, abuso sexual con acceso carnal, privación de la libertad agravada y desobediencia a una orden judicial.
Según las fuentes, la decisión de cesar la prisión preventiva fue tomada por la jueza Natacha Cabeza. La magistrada consideró el estado de salud de Garay y el riesgo procesal para ordenar su liberación.
Durante su período de detención, Garay estuvo un año en el penal de San Felipe, en Mendoza, y el otro año en prisión domiciliaria. Su arresto inicial había comenzado a mediados de abril de 2023, y desde un principio se le había concedido el beneficio de la prisión domiciliaria.
Sin embargo, en julio de dicho año, tras una llamada telefónica recibida por Macías que contenía sonido ambiente, la fiscalía interpretó la situación como un acto de amedrentamiento y consideró que Garay había violado la prohibición de acercamiento. Por ello, la fiscal Mónica Fernández Poblet ordenó que se le retirara el beneficio de la domiciliaria y que continuara detenido en un penal, lo cual ocurrió por casi un año.
Posteriormente, en junio de 2024, la Justicia le había dictaminado nuevamente la prisión domiciliaria a cambio del pago de una fianza de 5 millones de pesos, teniendo en cuenta su estado de salud desmejorada.
Precisamente, el delicado estado de salud del humorista fue un factor clave en su proceso. En marzo de 2024, una foto suya en la cárcel había revelado su condición. Se informó que Garay había perdido más de 20 kilos, pasando de 102 a menos de 80 kilos, y presentaba problemas para caminar.

Periodistas detallaron que padece cáncer de próstata, así como problemas cardiológicos, neurológicos, traumatológicos y visuales, habiendo perdido el 80% de la visión. Su abogado, Daniel Romero, había solicitado la prisión domiciliaria para que Garay fuera evaluado por médicos, lo cual fue descrito como parte de una estrategia para visibilizar su mal estado. También se mencionó la situación de sobrepoblación en el penal de San Felipe, donde estaba alojado.
A pesar de la liberación, Garay deberá cumplir con varias condiciones impuestas por la Justicia para evitar regresar a prisión. Entre ellas, no podrá vivir a menos de un kilómetro de su expareja, deberá entregar su pasaporte, pagar una caución de dos millones de pesos y presentarse una vez a la semana en la Unidad Fiscal interviniente.
