Hace tres décadas, Alejandro Calvo decidió fundar una empresa que ofreciera un servicio logístico integral. Tenía 30 años, una idea clara y la convicción de que en comercio exterior había espacio para una propuesta distinta. El nombre “All In” sintetiza la visión y la misión: abarcar todo el proceso, desde el despacho de aduana hasta el transporte internacional, con control propio y compromiso profesional.
Con el tiempo, esa visión se transformó en un grupo empresario que hoy cuenta con empresas especializadas, depósitos propios, flota de camiones, certificaciones internacionales y presencia en Argentina y Chile. Pero, según su fundador, el secreto sigue siendo el mismo: “Logramos dar un servicio integral, pero comprometiéndonos y buscando la diferenciación. Tenemos capacidad de adaptación ya que nuestros procesos no son rígidos, sabemos adaptarnos a las necesidades de cada uno de nuestros clientes”.
Desde sus orígenes, Calvo apostó por el conocimiento como eje diferencial. Obtuvo su matrícula de despachante de Aduana y comenzó a adquirir camiones propios para brindar transporte internacional. Luego, hace más de diez años, inició la construcción de un predio industrial en Mendoza, que hoy alcanza las siete hectáreas y funciona como centro operativo con más de 10.000 metros cuadrados de almacenes para carga seca, refrigerada y congelada.
Hace ocho años All In comenzó a desarrollar la infraestructura de almacenes de frío, lo que hoy les permite ofrecer una capacidad de guarda de 3.000 posiciones para productos refrigerados y congelados. Este salto, como los anteriores, respondió a una estrategia definida: ofrecer soluciones completas, bajo control interno y buscando valor agregado.
La casa central del Grupo All In funciona como nave insignia de un conjunto de empresas que operan en diferentes segmentos. Inland brinda servicios de almacenaje seco y transporte nacional e internacional. DASA (Despachante de Aduana SA) concentra las operaciones de aduana. Interandes Shipping (ISSA), el área de forwarding y logística multimodal, gestiona acuerdos con redes internacionales. Andescold, por su parte, se especializa en almacenaje y distribución de productos refrigerados y congelados.
El grupo también cuenta con DeFiMen, un depósito fiscal para productos perecederos que, según Calvo, fue el primero en instalarse en el oeste del país. La expansión cruzó la cordillera: en Chile opera Transitarios Acuario S.A. (TACSA), que nació como una estructura de apoyo para las operaciones de All In por el Pacífico y terminó consolidándose como una empresa con negocios propios. “Hoy All In es solo un cliente más de TACSA, que ya tiene más de 10 años de desarrollo en Chile”, dice su fundador.
El despliegue territorial también se expandió en Argentina. El grupo cuenta con oficinas propias en Buenos Aires (Ezeiza, Campana, La Plata, Zárate), en Paso de los Libres, Catamarca, La Rioja, San Juan y San Luis. En total, entre todas las unidades de negocio, All In procesa entre 2.500 y 3.000 operaciones mensuales. Entre empleados directos e indirectos (incluyendo transportistas y proveedores), el equipo operativo ronda las 200 personas.
El modelo de negocio se consolidó en torno a un principio innovación y profesionalismo. Desarrollar internamente cada eslabón permitió al grupo tener control operativo, mejorar tiempos de respuesta y garantizar trazabilidad. Desde el despacho aduanero hasta la entrega puerta a puerta, All In ofrece un servicio integral en comercio exterior. Además de la logística internacional, hoy se agregó el servicio de almacenamiento, control de stock y distribución nacional.
En Mendoza, el centro de operaciones tiene oficinas, playas de maniobras, control de ingreso, balanza fiscal y sistemas de seguridad 24 horas. Las cámaras de frío están equipadas con tecnología de última generación y operan bajo estándares internacionales de inocuidad y trazabilidad.
El crecimiento regional, la inversión en tecnología, la presencia internacional, la certificación de calidad y la continuidad generacional configuran la radiografía actual del Grupo. Calvo lo define con una metáfora familiar: “A veces, le digo a mis hijos, este proyecto parece un hijo más, por el tiempo que uno le dedica y el cariño con que lo cuida”.
Normas de calidad y profesionalización
Alejandro Calvo destaca que el grupo presta servicios a empresas multinacionales de primera línea. Y que para estar a la altura de ese estándar, fue clave certificar normas de calidad e inocuidad alimentaria. “También estamos precertificando como Operador Económico Autorizado”, afirma. La profesionalización constante es parte del modelo de negocio.
En ese camino se sumaron sus hijos. Dos decidieron estudiar licenciatura en comercio internacional y uno Marketing, hoy ocupan posiciones directivas dentro del grupo. Matías, Martín y Mariana representan la segunda generación en la empresa. Alejandro reconoce que esa continuidad le da tranquilidad, incluso cuando hay diferencias: “Nos enriquecemos todos, pero siempre con respeto”.
El mayor, Matías Calvo, es director operativo del grupo, subraya: “Acá se largó de cero. Con una iniciativa de mi viejo en un escritorio de casa, haciendo borradores. Esto se hizo con mucho coraje, convicción y pasión”, asegura. Para él, lo logrado hasta ahora es el resultado de una buena gestión, y confía en que el proyecto tiene “All In para rato”.

Martín, director comercial, también señala que la logística en Argentina enfrenta desafíos estructurales, pero no deben servir de excusa. “Nuestra obligación es facilitar al exportador y al importador. Las reglas cambian más seguido que en otros países, pero el que se adapta primero gana. Hay que rever el tablero con más continuidad. Esa es nuestra tarea”, plantea.
Esa mirada estratégica se traduce en inversión sostenida. Recientemente adquirieron diez hectáreas más de terreno para ampliar operaciones. La filosofía del grupo se resume en una frase que se convirtió en lema interno: “Parar no está en mis planes”, dice Alejandro Calvo.
La empresa también invierte en tecnología aplicada a la logística. En particular, han desarrollado un área de trazabilidad para productos refrigerados, con sensores satelitales que permiten brindar información en tiempo real a clientes europeos. La innovación, señalan, es clave para mantener estándares internacionales y acompañar las exigencias del comercio exterior.
El propio fundador destaca el rol que tuvo su esposa, Mónica, en los inicios del grupo. Mientras él estudiaba y trabajaba para obtener su matrícula como despachante de Aduana y poder armar la empresa, ella fue un gran apoyo. “Mi tranquilidad estaba en que el entorno familiar estaba contenido”, dice. Reconoce que se perdió momentos importantes del crecimiento de sus hijos, pero que sin ese respaldo no hubiese sido posible desarrollar el proyecto.
En la estructura actual del Grupo All In trabajan 130 personas en forma directa. A eso se suman transportistas, proveedores y 70 colaboradores indirectos. La dimensión operativa creció de forma orgánica a partir de decisiones estratégicas como el desarrollo de depósitos propios y la especialización de empresas para cada tramo de la cadena logística.