Una ola de calor se produce en el momento en que la temperatura es superior a la normal durante un periodo extendido de tiempo. Ocurre también que los valores altos de humedad provocan un aumento de la sensación térmica y hace que las temperaturas se mantengan elevadas por varios días consecutivos.
Cabe destacar que el cambio climático que estamos atravesando hace que las olas de calor sean cada vez más frecuentes y principalmente, se vuelven peligrosas para todas las personas, pero los grupos que más vulnerables se muestran son los bebés, niños, embarazadas y adultos mayores. En el caso de las infancias, hay riesgo de deshidratación que puede tener efectos mortales.
Las olas de calor pueden provocar consecuencias en el cuerpo como la insolación, desmayos, enfermedades en la piel y deshidratación.
Ante una ola de calor, Unicef recomienda:
- Tener información sobre el calor y los porcentajes de humedad que va a haber durante el día, la semana y el mes para así poder adaptar nuestras actividades que vamos a realizar al aire libre
- Que en los hogares exista un botiquín de emergencia en el que tengamos disponibles sales de rehidratación oral, termómetro, botellas de agua, toallas o paños de refrigeración húmeda
- Conocer cómo pedir ayuda y acudir con rapidez al médico ante los primeros síntomas de malestar.
Otra de las indicaciones es evitar la exposición al calor. Si podemos, debemos cancelar el salir a la calle en los momentos de más altas temperaturas del día. Es importante colocarnos protector solar, intentar estar en la sombra y utilizar sombreros y sombrillas como protección.
En cuanto a las recomendaciones sobre nuestro accionar durante una ola de calor debemos:
- Beber agua sin esperar a tener sed
- Evitar el exceso de ropa e intentar que sea clara. En adición, el algodón es una buena opción tanto para la ropa y las sábanas ya que reduce las erupciones cutáneas causadas por el calor y absorben la sudoración
- Antes de salir, carguemos una botella con agua para hidratarnos y una toalla para humedecer y colocarla en nuestro cuello
Adultos mayores
El Ministerio de Salud de la Nación recomienda que debemos estar alertas ante síntomas como piel apagada, escamosa, sentir debilidad, confusión, sequedad en la boca y ojos hundidos ya que pueden ser síntomas de deshidratación.
Otra de las cuestiones a la cual debemos prestar atención es a la frecuencia de la orina y su color. Recomiendan que debemos ir a orinar tantas veces como en el invierno y la orina debe tener un color amarillo claro, casi transparente ya que si notamos que el tono es muy intenso y con olor podría también ser signo de deshidratación.
En cuanto a la hidratación y la alimentación recomiendan evitar la ingesta de bebidas alcohólicas o muy azucaradas y, si se consumen bebidas para deportistas, deben hacerlo con moderación y siempre que no exista una contraindicación médica.
Con respecto a la alimentación es relevante consumir frutas y verduras y evitar los platos muy abundantes y pesados.
Al momento de levantarnos de la cama o una silla, para prevenir caídas, es importante hacerlo despacio y aguardar unos minutos antes de ponerse de pie para evitar el cambio de presión brusco.
El calor en los hogares
En cuanto al hogar, se recomienda que los hogares estén frescos. Debemos correr las cortinas o bajar las persianas durante las horas de mayor intensidad de temperatura y abrir las ventanas por la noche para refrescar el espacio. También se sugiere utilizar ventiladores y sistemas de refrigeración si es posible.
En los hogares en los cuales se utiliza aire acondicionado para refrigerar el ambiente, es importante hacer una revisión periódica del aparato junto a una limpieza para que los filtros estén en perfecto estado y que puedan movilizar un aire limpio, de calidad y fuera de gérmenes o sustancias acumuladas que pueden ser nocivas para la salud.
La temperatura recomendada del aire es de 24 grados, no solamente para cuidar el funcionamiento correcto del aparato sino también para que los ambientes tengan una temperatura real y el choque cuando salimos no sea tan brusco.
Cortes de luz
Es muy frecuente que durante las olas de calor se produzcan cortes de electricidad, por esto es importante controlar su duración para evitar que la comida que tenemos en nuestra heladera sufra alteraciones.
Si estamos por salir de vacaciones y tenemos comida en nuestro freezer, una técnica que se recomienda es llenar algún tarrito con agua y colocarlo en el congelador hasta que se convierta en hielo. Una vez que ocurrió este procedimiento, hay que colocar una moneda sobre el hielo e introducir nuevamente en el freezer. Si al momento de regresar nos encontramos con que la moneda que colocamos en el tarrito se encuentra en el fondo quiere decir que hubo un corte de luz durante un tiempo muy prolongado y eso provocó que se derritiera el contenido del envase y lamentablemente, debemos arrojar a la basura todo el contenido del freezer ya que no es seguro para consumirlo.
