Entre los mayores desafíos que enfrentamos como humanidad, se destaca la transición hacia fuentes de energía sostenibles. Sobresale, como alternativa limpia, la energía geotérmica, por su capacidad para generar electricidad y calefacción permanente, segura, barata, renovable y con baja huella de carbono.
Básicamente, consiste en extraer calor del subsuelo mediante pozos profundos, redes de tuberías y plantas de conversión. Sin embargo, su aprovechamiento efectivo demanda una infraestructura sólida, segura y compleja, con un enfoque técnico riguroso, donde cada etapa del proceso requiere una planificación y ejecución precisas, campos donde la Ingeniería Civil aporta una sólida base de conocimientos.
Los ingenieros civiles garantizamos que los proyectos sean eficientes y sostenibles. Nuestra intervención comienza con la exploración inicial del terreno y los estudios geotécnicos, que permiten evaluar la viabilidad del sitio, analizar riesgos sísmicos y determinar la capacidad del suelo para soportar estructuras. Continúa con el diseño de sistemas de perforación y la construcción de pozos, tuberías y otras infraestructuras críticas, hasta la construcción de centrales geotérmicas, lo que permite la adaptación de los procedimientos a diversas geografías.
Además, la Ingeniería Civil contribuye a evaluar y mitigar los impactos ambientales y sociales de estos proyectos, al minimizar riesgos como la contaminación del agua subterránea o la sismicidad inducida, estabilizando los terrenos.
En un contexto global marcado por la necesidad de reducir las emisiones de carbono y diversificar las fuentes energéticas, la Ingeniería Civil emerge como una disciplina estratégica comprometida con el desarrollo sostenible y con capacidad para contribuir al diseño de obras respetuosas con el planeta. Esto reafirma su relevancia en la construcción de un futuro energético más limpio y resiliente.
