Antes de profundizar en el uso de la geotermia en el ámbito de la construcción y basándonos en nuestra experiencia, consideramos fundamental destacar algunos principios clave que deberían guiar toda intervención (ya sea una obra nueva o una remodelación), en especial cuando se trabaja sobre inmuebles con valor histórico, arquitectónico o paisajístico.
En estos casos, el objetivo no es sólo mejorar el rendimiento energético del edificio, sino hacerlo respetando su contexto, sin alterar su identidad constructiva y cultural.
Ese enfoque permite conjugar innovación y tradición, integrando tecnologías modernas (como la geotermia) con criterios proyectuales coherentes con el entorno. Al diseñar un edificio bajo una visión sustentable, es necesario tener en cuenta tres aspectos centrales.
Ahorro energético
Se logra mediante soluciones constructivas, tecnologías y hábitos que permiten reducir el consumo sin afectar el confort ni la funcionalidad. En este contexto, eso implica diseñar una envolvente edilicia eficiente, capaz de mantener estable la temperatura interior programada, independientemente de las condiciones climáticas externas.
Para lograr buenos resultados, es fundamental eliminar los puentes térmicos, asegurar un aislamiento térmico adecuado y coordinar todos los elementos constructivos: desde la composición de los muros y aberturas, hasta la cubierta y el piso más bajo.
Eficiencia energética
Se refiere a la capacidad de un sistema de alcanzar el máximo rendimiento posible utilizando la menor cantidad de energía. Esto requiere no sólo la incorporación de tecnologías de última generación (como la automatización para la gestión inteligente), sino también un diseño detallado, adaptado a las características reales del edificio.
Fuentes renovables
El uso de recursos naturales que se regeneran rápidamente (como el sol, el viento, el agua y el calor del subsuelo) permite reducir el impacto ambiental y aumentar la autonomía energética del edificio. Aplicados de forma integrada y coherente con la tipología y técnicas constructivas locales, estos tres aspectos contribuyen a una planificación energética y ambiental verdaderamente eficiente.
Bombas de calor geotérmicas e instalaciones radiantes
En este contexto se destaca el uso de la geotermia, en particular a través de bombas de calor geotérmicas. Es clave resaltar que estos sistemas, para funcionar correctamente, deben integrarse en un proyecto global bien estructurado. En zonas frías (como aquellas donde muchos ingenieros civiles solemos trabajar) es esencial que el edificio esté bien aislado, con capacidad para conservar el calor y minimizar las pérdidas térmicas.
Las bombas de calor geotérmicas suelen operar con temperaturas de impulsión entre 35 °C y 55 °C. También existen modelos de alta temperatura, que pueden alcanzar valores de hasta 70–80 °C, aunque con menor eficiencia, que resultan adecuados para necesidades específicas.
Por esta razón, es crucial que la envolvente edilicia esté optimizada térmicamente, a efectos de que el sistema sea realmente eficiente, rentable y sostenible.
Un combo potente
La combinación de geotermia, calefacción por piso radiante y, si es posible, paneles fotovoltaicos, representa una de las soluciones más eficientes disponibles hoy en día. Los sistemas radiantes funcionan de forma ideal a baja temperatura (30–45 °C), lo que resulta totalmente compatible con las bombas geotérmicas.
Gracias a la temperatura constante del subsuelo (entre 10 °C y 15 °C durante todo el año), estas bombas logran coeficientes de rendimiento (en inglés COP, coefficient of performance) muy elevados (incluso superiores a 4), lo que mejora de manera significativa la eficiencia del sistema.
Además, la climatización radiante asegura una distribución uniforme del calor, sin corrientes de aire ni estratificaciones, lo que garantiza un excelente confort térmico en viviendas. Con las integraciones adecuadas, también es posible utilizar el sistema para refrigeración en verano, aprovechando el denominado “free cooling geotérmico”, es decir, el simple paso del agua fresca del subsuelo por el sistema sin activar el compresor.

Ventajas
Alta eficiencia energética: COP elevado (incluso mayor a 4) gracias a la temperatura constante del subsuelo.
Compatibilidad con sistemas radiantes: ideales para instalaciones de piso o pared de baja temperatura. Bajas emisiones: en especial si se combinan con fuentes renovables.
Funcionamiento silencioso e integrado: sin unidades exteriores visibles. Refrigeración pasiva en verano (free cooling): sin uso del compresor.
Durabilidad y confiabilidad: larga vida útil y bajo mantenimiento.
Desventajas
Alta inversión inicial: en especial por la perforación de sondas geotérmicas (100–150 metros de profundidad). Requiere estudio geológico previo.
Espacio y accesibilidad para la instalación: puede ser un desafío en áreas urbanas densas.
Dependencia de la eficiencia de la envolvente edilicia.
Conclusión
La integración de bombas de calor geotérmicas con sistemas radiantes representa una de las alternativas más avanzadas para la climatización sustentable de viviendas, en especial en zonas frías o en proyectos orientados hacia la autosuficiencia energética. No obstante, no es una tecnología estándar: su eficacia depende de un diseño integral, una envolvente eficiente en lo térmico y un análisis técnico-económico detallado.
En resumen, se trata de una opción estratégica y con visión de futuro, que contribuye de forma concreta a la transición energética y a la sostenibilidad ambiental de las construcciones.