En este mismo momento, una poderosa red de ríos lleva humedad a vastas regiones de varios países de Sudamérica. Pero no son cauces comunes, sino “voladores”.
Así se conoce popularmente a los flujos aéreos masivos de agua en forma de vapor que vienen del Océano Atlántico y son alimentados por la humedad que evapora la Amazonia. Se encuentran a una altura de hasta dos kilómetros y pueden transportar más agua que el mismísimo río Amazonas. ¡Seguí leyendo que te contamos todo!
¿Cómo se forma?
La formación de esta red de ríos tiene una explicación científica. Todo comienza en la región del Ecuador, donde las altas temperaturas provocan una elevada tasa de evaporación de las aguas del Atlántico tropical.
Luego aparecen los vientos Alisios (van de sentido este a oeste), que conducen ese vapor en dirección al continente, especialmente al territorio brasilero, provocando intensas lluvias sobre el bosque amazónico.
Toda esa agua que se filtra en el suelo es absorbida por las raíces de los árboles, que consecuentemente transpiran en conjunto una inmensa masa de nuevo vapor, que se eleva hasta el cielo y forma los conocidos “ríos voladores”.
¡Un dato increíble! Cada árbol de gran porte del bosque puede liberar a la atmósfera cerca de 1.000 litros de agua. En conjunto, llegan a formar por día una masa de aire húmedo de 20 trillones de litros, una cantidad superior a la descarga fluvial del propio río Amazonas.
¿Hacia dónde corren?
Los ríos voladores continúan su desplazamiento en dirección a la cordillera de Los Andes. Allí, parte de la precipitación alimenta las cabeceras de los ríos de la Amazonia, mientras que una gran masa de aire húmedo se desvía en dirección al centro-sur de Sudamérica.
En su trayecto, llevan abundantes lluvias, especialmente a las regiones sur y sudeste de Brasil y a otros países como Paraguay y Argentina.
Por este motivo, el territorio brasilero es un campeón en relación a las precipitaciones, estando por delante de grandes superficies como Rusia, la Unión Europea, China y Canadá.
¿Qué función cumplen?
A lo largo de su recorrido, los ríos voladores sustentan diversos ecosistemas y prestan enormes servicios ambientales, como el abastecimiento de embalses e hidroeléctricas. Además, proporcionan la mayor parte del agua que impulsa las cadenas productivas asociadas a la agricultura y la ganadería de la región.
Este es un claro ejemplo de lo que se espera bajo la perspectiva de la sustentabilidad: el medio ambiente es esencial para el desarrollo económico que, a su vez, genera beneficios para la sociedad.
¡Los tenemos que cuidar!
Los índices de deforestación en la Amazonia en los últimos años revelan un escenario preocupante. El año 2018 quedará marcado por un récord de deforestación en Brasil, siendo el mayor de la última década. Datos recientes del Instituto del Hombre y Medio Ambiente de la Amazonia (Imazon) muestran que, solamente entre agosto de 2017 y julio 2018, hubo una pérdida de bosque de 4.221 km2, lo que equivale al área de 591.000 canchas de fútbol.
Por eso, resulta fundamental tomar decisiones que frenen este flagelo y adoptar medidas que protejan el ecosistema. Informarse y empezar a cuidar el agua desde casa es una buena forma de comenzar.
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