Actualmente y debido a un incremento de la exposición a pantallas tecnológicas por parte de la población, se ha vuelto más frecuente la patología del ojo seco. Esta afección se da cuando no hay una lubricación adecuada de la vista y, el volumen de lágrimas normal es escaso.
Al utilizar dispositivos digitales nuestro cerebro interpreta que necesitamos prestar más atención, por lo tanto, disminuye la frecuencia de parpadeo. Esto provoca que la producción de lágrimas sea escasa, resecando capas internas del ojo.
La frecuencia normal es de 14 a 16 parpadeos por minuto. Al exponerse a pantallas, disminuye a solo 4 o 5 veces por minuto.
Además, esta enfermedad se vincula a otras patologías como el síndrome de Sjögren o el hipotiroidismo, menopausia y posmenopausia.
¿Cómo identificamos si nuestro ojo está seco?
La persona con esta afección puede experimentar:
- Sensación de pinchazo, ardor o picazón en los ojos.
- Sensibilidad a la luz.
- Enrojecimiento de los ojos.
- Sensación de cuerpo extraño.
- Dificultad para usar lentes de contacto.
- Visión borrosa o fatiga ocular.
Una mirada más profunda: ¿cómo se manifiesta el ojo seco internamente?
El Doctor Víctor Reviglio, especialista en Oftalmología, explica que cuando existe una disfunción lagrimal, es decir un volumen escaso de lágrimas, la película lagrimal es inestable. Esto provoca alteraciones en la superficie ocular.
Causas
Para identificar qué puede estar ocasionando esta patología, es necesario comprender cómo se compone nuestro ojo humano, pero más específicamente la película lagrimal.
Las tres capas que la conforman son:
- Lipídica: es la capa externa del ojo. Evita la evaporación de la capa acuosa y mantiene el grosor de la película lagrimal.
- Acuosa: capa intermedia que es segregada por las glándulas lagrimales. Suministra oxígeno al epitelio corneal y protege al ojo contra agentes externos.
- Mucosa: es la más cercana a la córnea y la que permite la humectación y lubricación del epitelio corneal.
El ojo seco puede provocarse por una disminución o deficiencia de la parte acuosa (capa intermedia), generando en ciertas enfermedades la ausencia de lágrimas al bostezar e incluso al llorar.
¿Quiénes son más propensos a padecer ojo seco?
El ojo seco es más común en mujeres de edad avanzada producto de los cambios hormonales y además porque después de los 50 años suele disminuir la producción de lágrimas. Por otro lado, puede influir una dieta baja en vitamina A (huevos, zanahorias, pescado, espinacas, brócoli y pimientos).
Ahora bien, cada vez hay más evidencia de que jóvenes y niños han experimentado los síntomas de ojo seco. Como se mencionó anteriormente, esto es producto de la constante exposición a pantallas de teléfono, tablets, computadoras, etc.
Una enfermedad que puede prevenirse
El ojo seco, en casos graves puede provocar daños e infecciones en la córnea del ojo, por lo tanto, es fundamente hacer hincapié en la prevención de esta afección.
- Disminuir el tiempo frente a pantallas y ordenadores. Si se trata de niños pequeños, controlar el uso de ellas.
- Mantenerse alejado de ambientes secos, y todos los elementos que irriten los ojos para ayudar a prevenir los síntomas.
- Volverse conscientes de la importancia de la frecuencia del parpadeo.
- Se puede acudir a la utilización de lágrimas artificiales, incluidos geles, ungüentos y ciertas drogas inmunomoduladoras como la ciclosporina.
- Para los pacientes que duermen con los ojos levemente abiertos, puede sugerirse cerrar los párpados con gafas especiales para dormir y ungüentos.
- Humidificar el aire del ambiente para aumentar el grado de humedad en ciertos ambientes.
El equipo de Oftalmología de Sanatorio Allende se ocupa de la anatomía, fisiología y patologías del ojo. Mediante la realización de diferentes pruebas se diagnostican las posibles dolencias oculares para establecer el tratamiento adecuado.
Servicio de Oftalmología - Sanatorio Allende
