Muchos pasan la vida añorando viajar a destinos soñados para conocer obras de la arquitectura y de la ingeniería que se han vuelto verdaderos hitos turísticos. Sin embargo, son pocos los que se animan a ser turistas en su propia ciudad.
Por eso, Edisur confeccionó un listado de construcciones increíbles de Córdoba, que destacan por su historia, infraestructura y dimensiones.
En esta oportunidad conoceremos la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús de los Padres Capuchinos (o simplemente Los Capuchinos). Ubicada en el corazón de Nueva Córdoba, destaca por su estilo neogótico, con toques románticos y materiales modernos.
Casi un centenario de historia
En 1911, llegaron a la ciudad de Córdoba los primeros misioneros “capuchinos”, un brazo de la orden franciscana cuyos monjes se distinguían por el uso de “il capucchio” o capas. En un principio, estos vivían en pequeñas casas y atendían a los fieles en la parroquia de las Hermanas del Buen Pastor.
Recién en 1926 comenzó la construcción del actual templo. Hasta 1933, fecha oficial de la inauguración, el arquitecto que se encargó del diseño y la construcción fue el reconocido artista e ingeniero italiano Augusto Ferrari, quien combinó elementos del neogótico y neorrománico aprendido en Europa. Aún así, muchas obras continuaron incluso hasta 1980.

La fachada es de lo más impresionante, con sus tres portales y dos torres: una trunca, que habla de lo humano, de lo imperfecto y de la materia que muere; y otra en aguja, que se extiende bien alto -70 metros- y que busca la eternidad y la trascendencia.
La iglesia no sólo impacta por sus formas, sino también por el uso de cemento armado y no de piedra, como era costumbre en esa época.
Todo es una metáfora
Los Capuchinos destaca por su gran número de esculturas y pinturas. El diseño es una construcción metafórica que refiere a la existencia humana y su relación con Dios.
A medida que el edificio alcanza altura, sus personajes se elevan simbólicamente más cerca del cielo. El ingreso está ornamentado con estatuas de Moisés y Juan El Bautista.
Cada uno de los elementos que integran la fachada principal tienen un sentido para Ferrari, destacando un sinnúmero de columnas de distintos estilos a la altura de las naves y que representan todas las culturas antes del advenimiento de Jesucristo.

En el interior, el techo es especialmente llamativo, ya que está conformado por bóvedas, ornamentadas por distintos artistas, donde se destacan las estrellas doradas que representan al cielo nocturno de Córdoba en los distintos meses del año. Todo genera una idea de absoluta inmensidad.
Un ícono cordobés
Cuando la iglesia fue construida, se notaba claramente su perfil sobresaliendo en aquel nuevo barrio residencial de familias burguesas, con grandes casonas de baja altura.
Hoy en día, y a partir de la década de 1980, a pesar de estar inmersa en un bosque de modernos edificios y torres en altura, sigue destacándose por su belleza y contraste. Es claro que el paisaje urbano del siglo XXI la ha favorecido.
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