¿Sabías que el agua también sirve para medir el tiempo? Los pueblos antiguos desarrollaron las clepsidras, una especie de reloj que funciona mediante el flujo de un líquido a través de un recipiente graduado.
Se trata de un artilugio que las diferentes civilizaciones han ido adoptando y mejorando con el paso del tiempo.
¿A quién se le ocurrió?
No se conoce a ciencia cierta qué civilización fue la primera en usar estos relojes de agua. Aunque muchos expertos discuten acerca de si fueron los egipcios o a los babilónicos, existe un jeroglífico que atribuye su autoría al faraón Amenemhat, que inventó un “mrḫyt” en honor al rey Amenhetep I (1514-1494 aC).
Además, el resto más antiguo es también egipcio, que data del 1.400 aC: la llamada clepsidra de Karnak. Se trata de una vasija de barro cocido con relieves en su parte externa y marcas para medir el tiempo en su interior.
¿Cómo funciona?
En realidad, las clepsidras eran utilizadas cuando los relojes del sol no podían ser usados, sobre todo de noche. Más que marcar la hora como los relojes, lo que hacen es medir el tiempo como los cronómetros. Esto es posible con ayuda de marcas en las vasijas que contienen o reciben el agua.
El funcionamiento de este peculiar artilugio es muy sencillo: se trasvasa de forma constante el líquido que está en un recipiente a otro que está colocado en una posición inferior. A través de algún sistema, como las muescas o los engranajes, se determina la cantidad de fluido que se ha vertido. Esto permite hacer una medición del tiempo.
¿Era de fiar?
El principal problema es que no permite medir espacios de tiempo largos. Por otra parte, lo que conocemos hoy en día sobre la ingeniería hidráulica pone en evidencia otra de las limitaciones de este artilugio: las clepsidras no permitían realizar una medición exacta debido a que la presión de agua depende del volumen que exista por encima.

De esta manera, cuanto menos líquido haya en el recipiente de origen menor será la precisión de la medida.
Hubo mejores versiones
Este invento se extendió por otros lugares y lo usaron persas, griegos, chinos… La escuela griega de Alejandría perfeccionó el mecanismo, le puso un nombre y construyó modelos más complejos.
En los campamentos romanos se usaban para medir las guardias y en los tribunales las usaban para repartir de forma equitativa los turnos de palabra.
Su uso se extendió hasta el siglo XVII, cuando se empezaron a generalizar los relojes mecánicos.
¡Conocé más curiosidades sobre el agua en las redes sociales de Aguas Cordobesas!: Facebook - Instagram – X – YouTube - TikTok