El cáncer de cuello de útero, también conocido como cáncer cérvico uterino, representa una preocupación significativa en la salud femenina a nivel global. Se destaca como uno de los tipos de cáncer más prevalentes entre las mujeres en todo el mundo, ocupando el tercer lugar en términos de frecuencia, solo superado por el cáncer de mama y el cáncer de colon.
La alta incidencia de cáncer cervical en Argentina y en el mundo subraya la urgencia de implementar medidas preventivas y programas de salud dirigidos específicamente a la prevención y el control de esta enfermedad. Además, enfatiza la importancia de la educación sobre la salud reproductiva y la promoción de prácticas de vida saludable que puedan reducir el riesgo de desarrollar esta enfermedad.
¿Cuáles son los factores causales del cáncer de cuello de útero?
El papel del tabaquismo y las enfermedades de transmisión sexual (ETS) en la contribución al desarrollo del cáncer de cuello uterino, junto con la infección por el virus del papiloma humano (VPH), constituye un complejo entramado de factores de riesgo que interaccionan en la génesis de esta enfermedad.
El tabaquismo es un factor de riesgo bien establecido para múltiples tipos de cáncer, incluido el cáncer cervical. Los compuestos carcinogénicos presentes en el humo del tabaco pueden ser absorbidos por los pulmones y transportados a través del torrente sanguíneo hasta llegar al área cervical.
Estos compuestos pueden dañar el ADN de las células del cuello uterino, aumentando el riesgo de cambios precancerosos y, eventualmente, cáncer. Además, fumar puede afectar negativamente el sistema inmunitario, reduciendo la capacidad del cuerpo para combatir infecciones como el VPH, lo que puede acelerar la progresión de las lesiones precancerosas a cáncer.
Por otro lado, las enfermedades de transmisión sexual, incluyendo pero no limitándose al VPH, pueden comprometer la salud del tejido cervical, haciendo que sea más susceptible a la transformación maligna. Infecciones como la clamidia, el herpes genital y la gonorrea, entre otras, pueden causar inflamación y cambios en las células cervicales, lo que potencialmente puede aumentar el riesgo de cáncer cervical cuando se combinan con la infección por VPH.
El VPH es el principal factor de riesgo para el cáncer cervical. Este virus tiene muchas cepas, algunas de las cuales son consideradas de “alto riesgo” por su capacidad para causar cambios celulares que pueden evolucionar en cáncer. La infección por VPH es extremadamente común y se transmite principalmente a través del contacto sexual.
La mayoría de las infecciones por VPH son temporales y son eficazmente controladas o eliminadas por el sistema inmunitario. Sin embargo, en algunos casos, la infección persiste y puede causar lesiones precancerosas en el cuello uterino, las cuales tienen el potencial de convertirse en cáncer si no son detectadas y tratadas a tiempo.
“La detección temprana y la prevención son fundamentales en la lucha contra el cáncer de cuello uterino, especialmente porque este tipo de cáncer puede tener un período de incubación prolongado de hasta 20 años” explica la Dra. Lara Vargas, especialista en Ginecología y Obstetricia y coordinadora de la Unidad de Ginecología Oncológica del Sanatorio Allende. Y añade: “Durante este extenso período, las células cervicales pueden experimentar cambios gradualmente, desde lesiones precancerosas hasta la eventual formación de tumores malignos”.
Prevención, diagnóstico y tratamiento: conocé el programa de ginecología preventiva del Sanatorio Allende
El entendimiento de este largo período de incubación destaca aún más la importancia de los esfuerzos preventivos y de detección precoz. Por ejemplo, la vacunación contra el VPH es una medida preventiva efectiva que puede reducir significativamente el riesgo de infección por los tipos de VPH de alto riesgo, que son responsables de la mayoría de los casos de cáncer cervical.
“Además, la realización regular de pruebas de detección, como el papanicolaou (PAP) y el test de VPH, permite identificar lesiones precancerosas en una etapa temprana, cuando aún son tratables y antes de que se conviertan en cáncer invasivo” comenta el doctor Martin Lucchini, ginecólogo y también coordinador de la Unidad de Ginecología Oncológica del Sanatorio Allende. Y añade: “Al comprender que el cáncer de cuello uterino puede tener un largo período de desarrollo, se enfatiza la importancia de mantener una vigilancia constante y participar en programas de detección regularmente”.
Esto permite una intervención oportuna en caso de que se detecten anomalías, lo que puede reducir significativamente el riesgo de desarrollar cáncer cervical avanzado. “En resumen, la detección temprana y la prevención son herramientas poderosas en la lucha contra el cáncer de cuello uterino, ya que permiten abordar la enfermedad en sus etapas más tempranas, cuando es más tratable y las opciones de tratamiento son más efectivas” concluye la doctora Lara Vargas.
La unidad multidisciplinar de ginecología oncológica está comprometida con la salud y el bienestar de las mujeres, ofreciendo un programa integral de prevención y tratamiento de las lesiones precancerosas de cuello uterino. La misma está equipada con los recursos médicos y tecnológicos de vanguardia para ofrecer a las pacientes medidas preventivas y tratamientos innovadores y de alta complejidad para abordar el cáncer ginecológico.
“Dentro de las prestaciones que ofrece la Unidad, realizamos una vigilancia clínica instrumental específica y estudios dirigidos al diagnóstico precoz del cáncer cervical” explica el doctor Lucchini. Además el Sanatorio Allende cuenta con equipos de última generación y expertos altamente capacitados, brindando una atención personalizada durante todo el procedimiento diagnóstico y terapéutico.
