Robert Prevost fue elegido este jueves como el nuevo líder de la Iglesia Católica. El cónclave fue el que designó al cardenal estadounidense y con nacionalidad peruana como el nuevo pontífice, quien tomó el nombre de León XIV.
A poco menos de cinco kilómetros del lugar en el que se proclamaba al sucesor de Francisco, en el Foro Itálico, la sede del Masters 1000 de Roma, el tenis pasó a un segundo plano.
Durante el partido entre el italiano Fabio Fognini y el británico Jacob Fearnley, en el cambio de lado del 2-5 del primer set, en la pantalla del estadio central se mostró una imagen del propio Prevost asumiendo su nueva función en la iglesia católica.
El Papa León XIV tiene un vínculo con el tenis. Tiempo atrás, en una entrevista el entonces cardenal reveló su amor por este deportes, la lectura y las largas caminatas.
“Me considero un tenista aficionado. Desde que salí de Perú, he tenido pocas oportunidades para practicar, así que estoy deseando volver a la cancha. Este nuevo trabajo no me ha dejado mucho tiempo libre hasta ahora”, expresó en aquella oportunidad.
Y agregó: “También disfruto mucho leyendo, dando largos paseos y viajando, conociendo y disfrutando de lugares nuevos y diversos. Disfruto relajándome con amigos y conociendo a una gran variedad de personas. Cada persona puede enriquecer enormemente nuestras vidas”.
San Lorenzo, otro vínculo con Francisco
La designación de Robert Prevost como nuevo Papa bajo el nombre de León XIV también disparó una curiosidad que une al nuevo jefe de la Iglesia Católica con Francisco, su antecesor, y lo hace en clave futbolera.
El flamante Sumo Pontífice desarrolló gran parte de su trabajo pastoral en Chiclayo, Perú. Allí, en esa ciudad del norte peruano, está el Club Social Deportivo San Lorenzo de Almagro, fundado en 1928 en homenaje a la institución de Boedo (de la que Francisco era fanático).
Apodados “Santos del Cercado” tienen otro fuerte vínculo con su homónimo de Boedo: Boca Juniors de Chiclayo (con camiseta azul y amarillo) es su clásico rival.
Creer o reventar.
