Los 38 grados de sensación térmica se hacen sentir. El público, entre la sombra y la hidratación, disfruta de una nueva jornada en las canchas del Córdoba Open. Y uno de los platos fuertes del día en este ATP 250 es el duelo entre dos argentinos: Diego Schwartmann, figura del tenis nacional que busca reencontrarse con su mejor nivel, y Román Burruchaga, el hijo de Jorge, el campeón del mundo en fútbol en 1986.
Pero Román, 170 hoy en el escalafón mundial, quiere ser algo más que el “hijo de”... y va construyendo su carrera tenística con su talento y su esfuerzo.
Es por eso que Jorge está presente acompañando a su hijo y los Burruchaga coparon gran parte de la atención en la tarde del martes. Papá futbolista está con su hijo tenista en la sala de jugadores.
Buscan en esa intimidad la tranquilidad necesaria para que el heredero llegue enfocado y con confianza al partido ante “el Peque”, en duelo por un pase a los octavos de final de este certamen que abre la gira sudamericana sobre polvo de ladrillo y que reparte 562.345 dólares en premios y puntos para el ránking ATP.
