En su perfil de LinkedIn se define como experto en reprogramación neuromotriz y en la descripción puntualiza que después de 30 años en el circuito profesional de tenis, ATP y WTA, se encarga del desarrollo del concepto Allyane (para la rehabilitación de pacientes), un método que el deporte puede aprovechar para “fabricar el deportista perfecto”. Y sobre el final, el dato no pasa desapercibido: “Formador de un joven Roger Federer, pero estoy fabricando sobre todo en el fútbol, las estrellas de mañana”. Paul Dorochenko es kinesiólogo, preparador físico y osteópata, pero por sobre todas las cosas este argelino nacionalizado francés es un perfecto conocedor del deporte de alto rendimiento.
Licenciado en Fisioterapia del Deporte y diplomado en preparación física, fue uno de los primeros preparadores físicos del circuito profesional de tenis en los años ‘80, donde se desempeñó durante 20 años y trabajó con una docena de tenistas top 10. Hoy es consultor de fútbol y un experto en reprogramación neuromotora que se anima a vaticinar que “el futuro del deporte va hacia las neurociencias”.
“Las neurociencias son el futuro. (Pep) Guardiola y toda esta gente (hace referencia a entrenadores y a deportistas de alto rendimiento) ya han entendido todo lo que le podemos aportar al fútbol de alto nivel”, le dice a Mundo D en un prolijo español. Dorochenko estuvo una semana en Córdoba, a donde llegó para participar de un Congreso de Traumatología, y seguirá viniendo a la ciudad cada tres meses porque capacitará a profesionales de Talleres en la utilización de la neurociencia aplicada al deporte.
El profesional asegura que todos los clubes profesionales que quieran “generar cracks” deben dar un lugar importante a las neurociencias y afirma que no todos los presidentes tienen la visión de Andrés Fassi, titular de la entidad de barrio Jardín. “Estamos en un deporte arcaico en el que es muy complicado cambiar estas mentalidades. La mentalidad es una cárcel de larga duración. No cambias una mentalidad en cinco minutos, pero hay instituciones que están entendiendo claramente cuál es el papel de las neurociencias en el fútbol”, remarca.
El ojo director y el método Allyane
A los 70 años, uno de los más célebres preparadores físicos del tenis profesional, considera que hay razones que vienen desde la gestación de un ser humano para algunos deportistas como Messi, Federer o Cristiano Ronaldo, por citar algunos, sean como son y jueguen como juegan.
Experto en el concepto de lateralidad y autor del libro El ojo director, Dorochenko puede tener las respuestas a preguntas como por qué Lionel Messi es capaz de hacer en un campo de juego lo que otros no, por qué el drive de Federer fue siempre tan exquisito o por qué “el Dibu” Martínez se comporta de tal o cual manera en momentos de máxima presión.
Y, “sin anestesia”, tira: “El talento no existe”. Pero rápidamente aclara: “El talento es lo que tienes que hacer cada día para tenerlo. No, no creo en el talento”. Según el multidisciplinario profesional, “Federer no ha nacido Federer” y argumenta sus dichos: “Cuando empecé con él, a los 17 años, no sé, era el número tres o cuatro de Suiza, no era el mejor. Es todo trabajo, pero ha sido duro porque el tío era cabezón, no venía a la preparación física, se olvidaba su raqueta, rompía raquetas. Tenía mucho carácter, era medio loco, tenía sus 17 años como todos nosotros los hemos tenido”.
Y continúa: “Pero al final, a meter cañas (expresión española que se usa para explicar que puso toda su atención en eso), a hacer todos los días las cosas y las rutinas; y al final ha sido Federer. Cuando dejé de trabajar con él (estuvieron juntos entre 1998 y 2000) para irme con Sergi Bruguera, (extenista) nunca pensé que Federer sería Federer. Ha sido un crack”.
El profesional también tiene palabras para el astro rosarino Lionel Messi. “Es claro que el niño de 10 o 12 años tenía más cosas (habilidades) que los demás, pero es mucho trabajo también”, cuenta el argelino que le realizó los test de lateralidad al futbolista argentino y explica que “Messi es pie izquierdo y ojo derecho, es cruzado y se mueve más por la derecha porque así tiene una visión amplia del espacio que intenta abarcar”; en cambio, Cristiano Ronaldo es lo contrario, pie derecho y ojo izquierdo.
Con estos datos, lo que los profesionales hacen con estos talentos es intentar que sean ubicados en la posición que mejor les quede. En estas pruebas, surgen detalles interesantes. “Por ejemplo, un arquero de gran nivel es casi siempre cruzado zurdo, zurdo de pie. El arquero de la selección argentina (‘Dibu’ Martínez) es cruzado; un cruzado no piensa ni un segundo lo que va a decir, actúa. Un homogéneo calcula más, un cruzado no”, dice Dorochenko.
Y asegura que entre los 16 y los 18 años es importante tener esos datos para trabajar a futuro con esos deportistas. En su libro El ojo director, escrito en 2013, Paul Dorochenko explica qué es ser cruzado u homogéneo, y cómo influye en la persona. Responde preguntas sobre los puestos en los que debería desempeñarse un futbolista de acuerdo con su condición o cómo afecta en el aspecto mental.
También remarca lo importante que es tener en cuenta la lateralidad en la técnica, la preparación física, la prevención de lesiones y los aspectos psicológicos de cada deportista. Y aclara: “No existe una técnica única, hay técnicas adaptadas a nuestro físico”.
Y en este punto también encaja el método Allyane, un sistema de reprogramación neuromotora a base de sonidos de radiofrecuencia y visualización con el que se puede cambiar un gesto deportivo o recuperar una lesión deportiva en un tiempo más corto. “Puedes cambiar un saque en el tenis o hacer que alguien sea más diestro, más zurdo, que después de una lesión en el cruzado anterior la persona recupere su movilidad mucho más rápidamente”, cierra Dorochenko, uno de los profesionales más prestigiosos en su rubro.
