¿Estamos en presencia de la nueva era del tenis mundial? Es más que probable que sí, y no sólo por el inexorable paso del tiempo para los tres fantásticos (Roger Federer, Rafael Nadal y Novak Djokovic), sino porque el deporte sigue, se renueva, evoluciona.
Y, en esa línea, el actual US Open, cuarto y último Grand Slam de una temporada que se va cerrando, marca un punto de inflexión en un circuito en el que hay que ir familiarizándose con nuevos nombres. En Nueva York, el futuro del tenis está más presente que nunca.
Los números avalan estas afirmaciones. En el cuadro masculino de los cuartos de final que tuvieron acción este miércoles, cuatro de ellos nunca llegaron a semifinales de un torneo de los denominados “grandes”. Frances Tiafoe, 22º cabeza de serie, que eliminó el lunes nada más y nada menos que a “Rafa” Nadal; Andrey Rublev (9), Jannik Sinner (11) y el español Carlos Alcaraz (3), quien con 19 años puede ser el número uno del mundo. De todos ellos, el ruso es el más grande, con 25 años. Dos de ellos, ya son semifinalistas: Tiafoe y Alcaraz.
Según la Asociación Estadounidense de Tenis, esta es la primera vez en la era profesional, que comenzó en 1968, que su torneo de Grand Slam cuenta con menos de dos previos campeones de torneos grandes en esta instancia.
La única certeza que rodea al Big 3 es la incertidumbre. Los tenistas que por casi dos décadas acapararon gran parte de los títulos del circuito no tienen definiciones sobre el futuro inmediato. Federer, de 41 años, no juega desde el Wimbledon de 2021, y si bien tiene previsto reaparecer en Suiza en octubre, su presencia es un interrogante. Nadal, de 36, que en el último partido de este US Open no encontró la vía para doblegar a su rival de turno, está perseguido por las lesiones. Y Djokovic, de 35 años, se mantiene en un rendimiento alto, pero depende de las reglas de vacunación de cada país para poder competir.
En la transición, el que aparece mejor posicionado para convertirse en una nueva estrella del tenis mundial es Alcaraz, hoy número cuatro del mundo, pero con chances de escalar al uno si logra el título en Estados Unidos. Los nombres cambian, el deporte sigue.
