https://x.comNovak Djokovic se entrenó este domingo en Wimbledon y llamó la atención al aparecer con una protección en la rodilla derecha, similar a la que usó el año pasado tras su lesión en Roland Garros. Aunque el serbio viene avanzando firme en el torneo —ayer le ganó en tres sets a su compatriota Miomir Kecmanovic— el detalle no pasó desapercibido.
El número dos del mundo, de 37 años, apenas pudo moverse unos minutos en una de las canchas de práctica del Aorangi Park antes de que la lluvia dijera basta en Londres. Pero alcanzó para que las cámaras notaran la rodillera, lo que generó algunas dudas sobre su estado físico.
Djokovic jugará este lunes los octavos de final contra el australiano Alex de Miñaur, en busca de meterse por decimoctava vez entre los ocho mejores en el césped del All England.
La situación recuerda a lo que vivió el año pasado: en 2023, Nole se rompió el menisco en Roland Garros, fue operado y, contra todo pronóstico, reapareció a tiempo para Wimbledon. Aun tocado físicamente, llegó hasta la final, donde perdió un partidazo ante Carlos Alcaraz.
En conferencia, luego de su triunfo en segunda ronda contra Dan Evans, Djokovic habló sobre aquella experiencia: “El año pasado, especialmente en las primeras rondas, todavía dudaba de la rodilla. No sabía si iba a aguantar, si podía deslizarme o moverme con libertad. Este año no pienso en eso, físicamente me siento bien, aunque en estos torneos siempre vas día a día”, explicó el serbio.
Por ahora, todo indica que la rodillera es apenas una precaución. Pero tratándose de Djokovic, cada detalle cuenta.