Algunos que llegaron desde otros puntos del país se quedaron bajo “el fresco” del aire acondicionado de los bares de la terminal de ómnibus, pero la mayoría (santiagueños y foráneos) le hicieron frente a los más de 36 grados y en plena siesta encararon a paso cansino hacia el Estadio Único Madre de Ciudades, una mole de primer mundo que luce con orgullo los carteles de bienvenida a Los Pumas.
El seleccionado argentino se despide de su público y todos los viven como una verdadera fiesta, como cada vez que los hoy conducidos por Felipe Contepomi se presentan en Argentina. El rival es Sudáfrica, nada más y nada menos que los bicampeones del mundo, los números uno del planeta. Pero afuera del estadio todo es celeste y blanco. Y hasta “el Dibu” y Lionel Messi, desde un mural inmenso, le hacen un guiño a integrantes de Los Pumas. Y no falta “el Diego”, que vela por los sueños de los jugadores argentinos, sea el deporte que sea.
En las calles céntricas se entremezclan las camisetas del seleccionado argentino de rugby con las de Messi y una que otra del Xeneize o del Millonario. Santiago del Estero no duerme la siesta en el día de la primavera, el plan es formar parte de la marea albiceleste; en la cancha o en el Fan Zone, donde Belgrano y Talleres también se ganaron un lugar.
El dato curioso, más allá de la postergación de la tradicional “siestita” santiagueña lo pusieron un grupo de franceses que, mate en mano, se hicieron amigos de un par de seguidores de Sudáfrica, intercambiaron números de teléfono y nombres de algún que otro boliche donde terminar la jornada del sábado.
Una jornada que trajo a muchos cordobeses; vinieron desde Villa Giardino, Río Cuarto y la capital provincial, entre tantos otros sitios. Todos le hicieron frente al calor; Los Pumas juegan su último partido en Argentina, se vive como una fiesta y Santiago del Estero no duerme la siesta.
