Dogos XV logró este viernes en cancha de Club Atlético San Isidro un nuevo hito a su corta pero rica historia en el Súper Rugby Américas. La franquicia cordobesa, que disputa su tercera temporada en la competencia, le ganó a Pampas como visitante y se quedó con el pase a la final, instancia en la que tiene asistencia perfecta. En su primera participación en el SRA consiguió el subcampeonato, al perder en Montevideo ante Peñarol; en la segunda, le arrebató el título a Pampas en su casa y en esta tercera va por el bicampeonato frente a los uruguayos, en una suerte de revancha de lo ocurrido hace un par de años.
A diferencia de las temporadas anteriores, el campeón vigente y, a priori, uno de los candidatos a la corona, no tuvo un buen arranque en la competencia pero, con el correr de los partidos, fue encontrando “soluciones” a los problemas que se fueron presentando, se reacomodó y volvió a meterse entre los cuatro de arriba.
Dogos XV, línea por línea
Entre las razones que llevaron a este equipo a una nueva final se destaca el temperamento y el temple de sus integrantes. Un grupo que, cuando peor la pasó, sacó a relucir su carácter. Un elenco que recién vio su primer triunfo en el torneo en la cuarta fecha (ante Cobras) y que perdió partidos increíbles, como los últimos dos de la fase regular en Córdoba (en la última jugada). Tuvo un desempeño irregular, pero siempre hizo autocrítica y siguió trabajando para mejorar.
Y mejoró. Y, entre los puntos altos, además del carácter, hubo jugadores que sorprendieron y otros que se consolidaron. Línea por línea, el equipo tuvo destacados. Boris Wenger, Leonel Oviedo y Pedro Delgado lograron una solidez envidiable para otros equipos; el hooker se sumó esta temporada al plantel y se acopló a la perfección. Con muchos jugadores peleando por la titularidad, los tres fueron “inamovibles”, pero el recambio también rindió. En semifinales, a Galo Fernández (jugador M20) le tocó entrar cuando el partido estaba caliente y estuvo a la altura.
Federico Albrisi, otro de los que se acopló esta temporada, y Lautaro Simes, las dos torres en la segunda línea, cumplieron su rol con autoridad. Junto a Bildosola, Gandini y el capitán Cabral (o Fissore) completaron un pack de forwards que hizo del scrum una de sus armas más letales. Esta formación fija fue una de las que más rédito le dio a Dogos XV.
Entre los backs también hubo puntos altos. La grata sorpresa, allá por el arranque del torneo, fue Mateo Sánchez. El jugador formado en Córdoba Athletic llegó como invitado a la franquicia y, gracias a su juego y su entrega, se ganó la titularidad. Desequilibrante, el fullback fue la figura ante Cobras y, a partir de ahí, se tornó en uno de los protagonistas. También, jugando como wing, conformó una gran dupla con Mateo Soler.
Los centros Faustino Sánchez Valarolo y Leonardo Gea Salim (volvió a mitad de temporada, tras recuperarse de una lesión) tuvieron un altísimo rendimiento en la mayoría de los juegos; Lautaro Cipriani fue otro de los que se consolidó en la temporada. Y si de reafirmarse y crecer en el puesto se habla, párrafo aparte para Juan Bautista Baronio. El apertura rosarino estuvo fino con su patada y en la toma de decisiones, se convirtió en el goleador y facturó ante los palos, con muy bajo (casi inexistente) porcentaje de error.
Agustín Moyano y Mateo Soler reconfirmaron las dos excelentes temporadas pasadas y aportaron seguridad al equipo. En el puesto de medio scrum, cuando les tocó entrar, hicieron un muy buen papel tanto el rosarino Juan Lovell como Fabricio Griffo (Palermo Bajo).
Que la base del plantel y el staff se mantuvieran a lo largo de las tres temporadas es valioso; todos conocen lo que puede (o no puede) dar el otro, y a los que les tocó sumarse lo hicieron como si hubiesen jugado juntos desde antes. Un grupo trabajador, con una cabeza de entrenadores que inculca que el esfuerzo que se hizo durante la semana termina dando resultados el “finde”.
En el debe queda para esta última semana resolver esas “lagunas” en las que el equipo parece desconectarse. Y en esa desconcetración surge la indisciplina, un aspecto que puede costar caro.
Dogos XV está ante la oportunidad de conseguir un nuevo título; también tiene razones para lograrlo, pero todavía queda un partido por jugar.