El 19 de julio de 2025, Los Pumitas escribieron un nuevo capítulo en su historia. En el Stadio San Michele de Calvisano, en Italia, le ganaron a Francia y se quedaron con el tercer puesto en el Mundial M20. Del plantel que consiguió el bronce mundialista formaron parte tres jugadores y un entrenador cordobeses. Los backs Valentín Maldonado, de Universitario, y Fabricio Griffo (Palermo Bajo), y el forward Nicanor Rins (Urú Curé RC), además de Galo Álvarez Quiñones (entrenador de forwards).
En Italia, el seleccionado argentino juvenil igualó su mejor performance. En 2016, Argentina, con la capitanía del cordobés Juan Cruz Mallía y la participación del medallista olímpico Lautaro Bazán Vélez, también terminó en el tercer puesto de un certamen ecuménico.
En la edición 2025, el elenco albiceleste repitió lo realizado hace nueve años, pero según Galo Álvarez Quiñones “el balance, previo al resultado, ya era muy bueno; excelente”.
“Este fue el segundo año consecutivo que jugamos el Rugby Championship M20; a nosotros nos hace muy bien porque nos da competencia, nos muestra dónde estamos parados, nos hace competir contra los mejores y, tanto para el staff como para los jugadores, es medirse dónde están. Es pasar de jugar, en la mayoría de los casos, en una M19 de un club a esa competencia. Es romper el hielo, los prepara y los pone de una manera bastante especial para poder competir a nivel mundial”, explicó el ex Jockey CC en su visita a La Voz.

Los integrantes del staff y entrenadores ya acumulan cierta experiencia y, año a año, vienen anticipándose a los trabajos. “Nos hace llegar al mundial mucho más preparados y algunas cosas salieron muy, muy bien; por supuesto que habrá otras por mejorar. Coronamos con una medalla, pero el balance hubiese sido el mismo si no se hubiese logrado el tercer puesto”, agregó.
La particularidad que tiene el Mundial Juvenil de rugby es que se juega todos los años y, esta singularidad, es uno de los aspectos positivos que observa Álvarez Quiñones. “Es un mundial por camadas; entonces, les da a todas la posibilidad de poder jugarlo. Quizás, si fuese cada cuatro años, muchas camadas no tendrían esa oportunidad. De este modo, la gran mayoría puede pasar por esa experiencia internacional y, después, ver si están para un poquito más o no”, explicó el entrenador de forwards.
Vivir una experiencia mundialista es, sin dudas, uno de los puntos más altos en la carrera de cualquier deportista, y así lo ponen en valor los tres jugadores cordobeses que fueron parte de la cita en 2025.
“Para mí, fue algo increíble. Unas semanas antes capaz ni pensaba ir y fue una sorpresa muy linda. No fui al Rugby Championship y cuando me enteré que iba a ir al Mundial, fue una locura. Son 30 a 35 días intensos, donde se juega cada cinco días, así que no se puede estar pensando en el próximo partido, sino pensar en el que se juega. Cuando estás ahí parece que pasa rápido, es muy intenso. Fue algo muy lindo”, describió Fabricio Griffo, medio scrum formado en Palermo Bajo e integrante del plantel de Dogos XV en 2025.
Y para Valentín Maldonado, centro de Universitario, las sensaciones son similares. “Para mí también algo muy lindo porque tampoco me lo veía venir. Cuando me llamaron, fue una alegría tremenda y jugar ese último partido (ante Francia), que nos dio ese triunfo y ese puesto, fue muy emocionante. Es vivir el día a día, cada entrenamiento, dar el máximo para aportar al equipo y vivir cada partido como si fuese el último”, expresó el jugador de la “U”.
Nicanor Rins también formó parte del plantel y, desde Río Cuarto, puso en palabras la experiencia vivida en Italia.
“Es algo muy grande porque lo vas soñando todo el tiempo, te lo vas metiendo en la cabeza; cada entrenamiento que tenés, cada día soñás estar ahí y un día aparecés y estás en Italia jugando un Mundial. Es muy lindo compartir con amigos con los que hiciste un proceso, con los entrenadores que también viviste ese proceso. Haber vivido el Mundial fue de las cosas más lindas que me pasó”, expresó el hooker de Urú Curé RC.
Y agregó: “El tercer puesto en el Mundial es algo que no te lo imaginás, pero que cuando pasa es muy hermoso, una satisfacción muy grande, porque además de ir a un Mundial, de representar a tu país, dejarlo en el podio, pocas veces pasa”.

Un espejo en el cual reflejarse
Ellos tienen referentes en Los Pumas o en sus clubes, pero al mismo tiempo, son el espejo en el que muchos chicos se ven reflejados. Representar al país, jugar una Copa del Mundo M20 no es poca cosa. Y si bien lo toman con cierta naturalidad, también se percibe el orgullo de ser referentes dentro de los clubes en los que se formaron.
“También fuimos chicos y también fuimos ellos. A mí también me encantaba ir al club, mirar a los jugadores de la Primera, me memorizaba nombre por nombre, los tenía vistos. Y ahora cambiar el rol es algo increíble; veo a los más chicos y me veo a mí no hace mucho, y es muy emocionante”, argumentó Griffo, estudiante de Administración de empresas.
Para Maldonado, que además de jugar al rugby, estudia la Licenciatura en Información, el presente es parte de un sueño que va concretándose. “Vuelvo atrás y lo veo como un sueño; siempre trato de ayudar y apoyar a los más chicos para que también puedan llegar a vivir esta experiencia”, contó.
Así como Rins pudo entrenar con su referente (Pedro Delgado, el Puma que juega en Dogos XV), son los más chicos de la Lechuza los que ahora le hacen sentir a “Nica” que lo observan.
“Están todo el tiempo preguntándome cómo es el Mundial, cómo es ser Pumita y todas esas cosas; la verdad, es una alegría inmensa que te pregunten porque te recuerdan a cuando vos eras más chico y tenías a los jugadores de la Primera como ídolos. Es muy lindo poder jugar un rato con ellos y notar que son felices”, cerró el forward de Urú Curé RC.
Pumitas cordobeses de bronce, que grabaron su nombre en la historia.