Los Pumas afrontaron un desafío con muchas expectativas este sábado en Italia y lo superaron de la mejor manera. Tenían que empezar su gira europea frente a un rival que viene en crecimiento y que se jugaba a vencer a Argentina después de varios resultados positivos. Eso con un entrenador, el argentino Gonzalo Quesada, que bien podría haber sido el conductor albiceleste en esta etapa. Pero, además, el compromiso en Údine era en el comienzo del cierre de la temporada que marcó el inicio de la era de Felipe Contepomi al frente de la selección argentina.
Había mucho en juego, demasiado, y el resultado fue soñado para despejar cualquier duda, más allá que la diferencia fue más en los puntos que en el juego. Pero cuando se gana por semejante ventaja hay poco más que agregar. Argentina le hizo 50, 50 a 18, a Italia en la acogedora Údine, que fue más linda que nunca para el seleccionado albiceleste.
Fue una noche fresca marcada por el calor del público argentino, que en gran número se hizo presente, y terminó el día cantando el clásico “cada día te quiero más” y aplaudiendo a sus jugadores, mientras los locales se retiraban cabeza baja y desilusionados por un equipo que se cansó se cometer errores y que, para su mal, cada uno de ellos terminó en puntos visitantes.
Tomás Albornoz fue la gran figura de una victoria que contó con buenos aportes de los cordobeses Franco Molina, Joaquín Oviedo, Juan Cruz Mallía y Matías Alemanno. Un triunfo que da seguridades y convicciones de cara al futuro, que en el corto plazo tiene en agenda visitas de riesgo a Irlanda y Francia.
El resumen del partido
Más en puntos que en juego
Los Pumas fueron incisivos desde el inicio y se pusieron en ventaja a los 3 minutos con un penal de Albornoz de debajo de los palos. Después de esa apertura del marcador, fue Italia la que tomó la iniciativa muchas veces a partir de acciones de Ange Capuozzo, su fullback que al ratito salió lesionado, y también de un aliento tremendo de su gente, en un coqueto estadio del Fruli, que estuvo casi lleno.
Cuando más entusiasmados estaban los italianos, hubo un mal manejo local, la pelota quedó sin dueño y el cordobés Juan Cruz Mallía la tomó y corrió para marcar el primer try del partido. Iban sólo 11 minutos. La mecánica del trámite poco cambió, porque los locales intentaban con más ganas que ideas y Los Pumas se mostraban más sólidos, concentrados y seguros en cada participación individual. Italia llegó dos veces al lado del ingoal albiceleste: en la primera, perdió la posesión tras un line a favor y, en la segunda, Argentina jugó muy bien esa formación y despejó el peligro.
Iban casi 30 minutos y errores de los europeos abrían nuevos caminos a los sudamericanos, que ese momento llegaron a un nuevo try vía Gonzalo Bertranou, esta vez gracias a la presión de Los Pumas y más desatenciones locales.
A los 32 minutos llegó el try de la esperanza italiana y fue try penal porque Argentina derrumbó un maul local, que iba directo al ingoal. Y, en la última acción de la etapa, Italia volvió a anotar para irse con un decoroso 10-17, luego de un trámite intenso, con buenos tackles y contactos muy fuertes.
Italia necesitaba marcar rápido en el complemento y lo hizo con otro penal de Allan.
Pero, en la jugada siguiente, un maul de Argentina terminó en try albiceleste que, con la conversión de un certero Albornoz, se puso 24 a 13 arriba. Eso le dio tranquilidad al equipo dirigido por Contepomi, pero lejos estaba el partido de verse cerrado y el local fue a vender cara una posible derrota.
Y cuando estuvo a nada de marcar, perdió la pelota a metros del ingoal visitante y la contra de Argentina fue tan letal que terminó en un try abajo de los palos de Albornoz, la figura del partido. La Albiceleste, con una contundencia ideal, se puso 31 a 13 arriba y ya todo parecía liquidado.
Hubo tiempo para un try de Santiago Cordero (con conversión de Albornoz) para Los Pumas y otro de Giacomo Nicotera para los italianos.
Y, para cerrar, dos tries más: primero apareció el cordobés Matías Alemanno, que se escabulló del line y se fue hasta el in goal para el 43-18. Luego, el try de Delguy llevó el tanteador albiceleste a 50 contra los 18 locales, para una victoria tan inobjetable como necesaria y motivante para Argentina.
Esta vez, Los Pumas tuvieron más regularidad, aprovecharon todo lo que el local les regaló, mantuvieron su decisión y nunca aflojaron, pese a que Italia en algún momento intentó poner en riesgo su victoria. Ahora, irán en busca del mejor cierre de año posible, aunque los esperan dos poderosos: los irlandeses y los franceses. Pero esa será otra historia; la de Údine la cerraron con una goleada histórica.
