Como ocurre con la mayoría de los niños, Virginia Garrone comenzó a nadar por una cuestión de seguridad, pero los profes vieron cualidades en esa pequeña de cuatro años y la bellvillense se transformó en una mujer récord de la natación argentina.
En sus años en la elite, Virginia Garrone se convirtió en la única nadadora en ganar ocho medallas de oro en un Sudamericano y en la primera y única argentina en ganar 15 medallas de oro en un Nacional.
Representó al país en el Mundial absoluto de Italia 1994 con sólo 16 años, compitió en los Juegos Panamericanos de Mar del Plata 1995 y cumplió en Sídney 2000 su sueño olímpico. Pero el camino no fue fácil.
A los 16 años, “Virgi” logró su marca para estar en los Juegos Olímpicos de Atlanta pero una lesión en el hombro le impidió ir y la obligó a pasar por el quirófano.
Pese al aviso del médico de que no podría volver a nadar, Garrone a los seis meses estaba de nuevo en la pileta. Tenía una meta por cumplir y el 18 de septiembre de 2000 se convirtió en una nadadora olímpica al competir en los 200 metros combinados en los Juegos de Sídney.
Virginia Garrone nació el 12 de noviembre de 1978 en Bell Ville y a los 26 años dejó de nadar para formar una familia. Una década después, y con tres hijos, volvió a la pileta como nadadora master.
Este año, a los 45, disputó su primer Mundial de Natación Masters, ganó dos medallas de oro y una de plata, bajó seis récords argentinos y tres sudamericanos.
Hace 30 años recibió su premio Estímulo como una promesa y hoy Virginia Garrone fue distinguida con el premio Trayectoria.
