Después de tantas especulaciones, Cadillac Racing oficializó su dupla para el desembarco en la Fórmula 1 de 2026: Sergio “Checo” Pérez y Valtteri Bottas serán los encargados de subirse a los flamantes monoplazas de la marca estadounidense respaldada por General Motors.
En la previa sonaron nombres como Mick Schumacher, Zhou Guanyu e incluso el mexicano Pato O’Ward, pero la apuesta final fue por la experiencia. Entre los dos pilotos suman más de 500 Grandes Premios, más de 100 podios y un recorrido que incluye trabajo en proyectos de media tabla y en equipos en reconstrucción.
“Fichar a dos pilotos tan experimentados como Bottas y Checo es una clara señal de intenciones”, señaló el director del equipo, Graeme Lowdon, al remarcar la ambición de Cadillac para empezar con solidez en la categoría reina.
El comunicado de la escudería lo definió como una “combinación inigualable de liderazgo y perspicacia técnica”, clave para adaptarse al nuevo reglamento técnico que traerá coches más ligeros, aerodinámica activa y unidades de potencia renovadas.
Para Checo Pérez, a sus 35 años, será un nuevo desafío tras 14 temporadas en la F1, con 6 victorias, 39 podios y la fama de ser uno de los mejores en gestión de neumáticos y defensa en pista. Además, Cadillac sabe que su contratación no solo es deportiva, sino también estratégica en lo comercial, gracias a la popularidad del tapatío en México y toda Latinoamérica.
Por su parte, Bottas también aporta bagaje en proyectos en crecimiento: se forjó en Williams antes de su etapa en Mercedes y actualmente en Sauber, lo que lo convierte en un socio ideal para un equipo debutante que busca establecer bases sólidas.
Cadillac no pudo asegurar a un piloto estadounidense como Colton Herta (quien necesitaba terminar el 2025 en el top-5 de la IndyCar), pero apostó por lo seguro: dos pilotos curtidos, listos para hacer frente a la nueva era de la F1.