La boxeadora argelina Imane Khelif, reciente medallista de oro en los Juegos Olímpicos de París 2024, elevó una apelación ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) en Lausana, Suiza, para impugnar la nueva reglamentación de World Boxing que exige pruebas genéticas a las participantes de sus competiciones internacionales. Estos estudios buscan determinar el sexo biológico en las categorías femeninas, enfocándose en la presencia del “gen SRY” en el cromosoma Y, indicador de masculinidad.
Khelif busca que se anulen los denominados “tests de feminidad”, los cuales ya le impidieron participar en el torneo de Eindhoven en junio, la primera competición bajo esta nueva normativa. Su objetivo principal es poder competir en el Mundial de Liverpool, que comenzó el 12 de septiembre, sin someterse a estas pruebas. Sin embargo, el TAS aún no fijaron una fecha para la audiencia ni dictó alguna medida cautelar, lo que hace “prácticamente imposible” su presencia en el Mundial.
Detalles de las pruebas genéticas y sus implicaciones
Según la agencia AFP, las pruebas genéticas mediante un test PCR buscan “abrir el acceso a la categoría femenina a las mujeres sin ‘gen SRY’”. Expertos explicaron que estos exámenes “descartarían para las competiciones femeninas a las deportistas transgénero y también a una parte de las que siempre fueron consideradas como de sexo femenino pero que presenten cromosomas XY, es decir, una de las formas de ‘diferencias de desarrollo sexual’ o intersexualidad”.
Antecedentes de la controversia
La introducción de esta reglamentación por parte de World Boxing se produce después de que el Comité Olímpico Internacional (COI) retirara a la Asociación Mundial de Boxeo (IBA) la organización de los torneos olímpicos de pugilismo.
La situación de Khelif no es nueva. Tanto ella como la boxeadora taiwanesa Lin Yu-ting fueron excluidas del Mundial femenino de 2023 en Nueva Delhi por decisión de la IBA, tras no superar exámenes de género. Esta polémica fue el preludio de una controversia aún mayor durante los Juegos Olímpicos de París 2024.
En ese contexto, Khelif fue “blanco de ataques y de una campaña de desinformación”, recibiendo “comentarios ofensivos que la acusaban falsamente de ser ‘un hombre que pelea contra mujeres’”. También fue señalada erróneamente como mujer transgénero, a pesar de que “ella se autopercibe con el género que le fue asignado al nacer”. Pese a la controversia, la boxeadora de 26 años se alzó como campeona olímpica en la categoría de hasta 66 kilos.
La batalla legal de Imane Khelif en el TAS subraya el creciente debate sobre la inclusión, la equidad y la definición de las categorías de género en el deporte de élite.