Con sufrimiento y en un partido que le resultó incómodo, Talleres empató 1-1 contra un juvenil y alternativo equipo de Newell’s, en el coloso Marcelo Bielsa de Rosario, que le permitió asegurarse un merecido subcampeonato, que terminó premiando la gran campaña que hizo en el Torneo de la Liga Profesional.
El local arrancó el juego con más ambición que la “T”. El entrenador Gabriel Heinze le opuso a Talleres un equipo juvenil y voluntarioso con una línea de cinco en el fondo, cuatro volantes en el medio y un solo punta, con la intención de achicar los espacios, acumular gente y quitarle la pelota. La intención era soltar a Balzi y Gómez por las bandas e intentar dejar al ecuatoriano Reasco de frente a Guido Herrera.
Lo consiguió tres veces, pero el delantero no tuvo puntería. Y el ímpetu rojinegro se cortó al cuarto de hora. En la primera que tuvo el Matador, a los 15, le cometieron una falta a Ramón Sosa en el borde derecho del área “leprosa” y, cuándo no, Rodrigo Garro, con su pegada exquisita, lo embocó a Lucas Hoyos con un preciso tiro libre cruzado al segundo palo y por arriba.
Efectividad pura y tranquilidad temprana para la “T”, que activaba como impulsor de su juego a Garro y elegido al paraguayo como desequilibrio por derecha.
Así, a los 23, tuvo la chance de marcar el segundo con un remate cruzado de Sosa que se fue cerca de un palo del exarquero de Instituto y Vélez. Newell’s tenía mayor posesión de la pelota y se insinuaba mejor en ataque, pero se diluía al momento de convertir.
Pero el mérito del local fue no caerse por las desventaja parcial y aprovechar que a la “T” le faltaba recuperación en el medio, ante la falta de Rodrigo Villagra. Perdió gravitación Garro y se fue potenciando Vangioni, pidiéndola por la izquierda.
Newell’s fue a buscar el empate, que pudo llegar, primero, a modo de aviso, con un cabezazo del exvolante de River que se fue afuera, a los 29.Y que se plasmó de penal, a los 33, cuando se escapó Balzi por izquierda y metió un centro bajo que Garro quiso interceptar alargando su brazo. La pelota rebotó en su mano y fue un claro penal, que Reasco cambió por gol con un remate cruzado.
El empate animó al equipo de Heinze, que sobre el final, a los 45, lo tuvo nuevamente a través de Reasco. Se fue así un primer tiempo entretenido, que encontró sobre el final mejor a Newell’s y que dejó abierto un final de juego incierto.
Como en el primer tiempo, Newell’s arrancó el complemento mejor que el Albiazul. Siguió haciendo sentir incómodo a Talleres en el campo de juego, favorecido por la escasa recuperación y administración de la pelota que mostraba el equipo de Gandolfi, quien, sin embargo, tuvo el acierto de hacer ingresar a Palacios, Romero y Sequeira para dotar de oxígeno a un equipo que se caía y que modificó su semblante.
El local tuvo más y mejor la pelota, estableció superioridad numérica en espacios claves y rápidamente puso en aprietos a Guido, que ya a los 12m salvó su arco ante un remate de Reasco. Y cuatro minutos después, con la expulsión de Lucas Suárez, lo de Talleres se destinó a aguantar y a sostener el empate, que le aseguraba el subcampeonato y el cierre de torneo que vino a buscar a Rosario.
Pero, claro, lo consiguió no sin sufrimiento. Pérez Tica lo tuvo dos veces para desnivelar, Reasco también y Guido terminó, finalmente, cargándose con la responsabilidad de un empate sufrido y ajustado, que lejos estuvo de mostrar la mejor cara del equipo, pero que le aseguró una despedida digna de torneo y un subcampeonato más que merecido.
