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Talleres se impuso a lo Talleres: siendo protagonista. Y le ganó 1-0 a River, por los 16avos de final de la Copa Argentina, en el cotejo que se disputó en el estadio Malvinas Argentinas de Mendoza. Al único gol lo marcó Rodrigo Garro, a los 41 minutos del primer tiempo, etapa en la que Talleres superó claramente a River.
Los conducidos técnicamente por Javier Gandolfi ahora se toparán con el vencedor del duelo que animarán Lanús y Colón, que se enfrentarán el 2 de agosto.
La multitud de hinchas que lo acompañó celebró una victoria hermosa y que quedará en la memoria.
Lo que pasó en el partido entre Talleres y River por la Copa Argentina 2023
Talleres salió muy decidido y con iniciativa en los primeros instantes del cotejo. Ya antes de los cinco minutos se había arrimado al arco de Franco Armani.
Primero, con un gol anulado por fuera de juego y, luego, con un peligroso tiro libre que el paraguayo Sosa tiró muy arriba.
Pero la intención de los de Gandolfi era más que saludable ante un River que siempre mete miedo.
Y los de Demichelis demostraron por qué: en la primera jugada que pudieron tocar la pelota, llegaron hasta las narices de Herrera, en otra jugada anulada por un “finito” fuera de juego.
Sí, apenas cinco minutos bastaron para entender por qué se hablaba de “partidazo” en la previa.
Los primeros 15 minutos fueron realmente frenéticos, entre dos equipos que no se daban tregua. Cuando tenían la pelota, jugaban todo de primera, con gran calidad y jerarquía y lograban meterse en las áreas con tres pases.
Pero, cuando defendían, también eran igual de intensos. Aunque los arqueros, Herrera y Armani, todavía no habían tenido trabajo real.
Recién a los 18, el Millonario tuvo un remate cruzado que Beltrán no pudo rozar para cambiarle la dirección.
Los dos iban y venían en busca de la apertura del marcador, que parecía estar siempre por llegar.
Talleres estaba muy metido en el partido y en cada pelota, luchando y jugando. A los 29, un tiro libre de Nahuel puso en aprietos a Armani. La media hora encontraba a un River algo confundido.
Al Matador le faltaba el gol para cerrar una primera media hora de altísimo vuelo, de igual a igual con el campeón. Y superándolo por pasajes.
A los 33, fue Rodrigo Garro el que tuvo la gran oportunidad: la pelota le quedó justa para su zurda dentro del área, casi un penal en movimiento. Pero su zurdazo se levantó un poco y terminó dando en el palo. Se salvaban los de Núñez, en la más clara por lejos.
El Millonario no podía encontrar la pelota y, a los 37, tuvo la ocasión en sus pies Ramón Sosa (tras un pase mágico de Garro). Pero el tiro cruzado del paraguayo, a la carrera, fue tapado por Armani.
Era “el” momento de Talleres en el partido, pero no tenía la ventaja que ya merecía.
Si el gran Víctor Brizuela estuviera en la tierra lo hubiera dicho: “Se ve venir el gol”. Y se vino a los 42, cuando después de estar con medio equipo adentro del área rival, la bocha le volvió a quedar a Garro.
Y el pampeano dos veces no te perdona: ahora sí su zurdazo besó la red y fue el 1 a 0 que hizo explotar a toda la popular Albiazul.
El Matador coronaba más de 40 minutos de baile ante un River en “modo resaca”, post campeonato.
El cierre del primer tiempo tuvo una aparición gigante de Herrera, justificando su titularidad, tapándole un cabezazo a Aliendro debajo del arcó. Así, el Matador se iba 1 a 0 al vestuario tras una etapa inicial de ensueño.
Para el segundo tiempo, se aguardaba la reacción del equipo de Demichelis, que no hizo cambios para salir a jugar el complemento.
Talleres intentaba no retroceder y sostener el juego de esa gran primera etapa, aunque manejando la ventaja y aprovechando que su rival dejaría espacios al ir a buscar.
Pero meterse atrás sería muy peligroso y Gandolfi lo sabía.
El correr de los minutos puso al partido en esa tecitura: River empezaba a adueñarse de la pelota y de campo, pero Talleres amenazaba en la contra con la velocidad de Sosa y Valoyes.
Demichelis empezó a meter cambios para ser aún más ofensivo (Solari por Aliendro, por ejemplo) y todavía quedaban 20 minutos donde podía pasar de todo.
Gandolfi hizo sus movimientos también: metió al uruguayo Oliva para sumar piernas en el mediocampo y salieron Sosa y Bustos (entró el “Rulo” Romero). Y más allá de aguantar tuvo chances: Valoyes, por ejemplo, definió mal una larga corrida que terminó adentro del área a los 31 minutos.
El tramo final del partido iba a tener dramatismo y muchas emociones. Pero Talleres estaba cómo y dónde quería estar en el cotejo.
River metió toda la carne en el asador. Entraron Rondón y Borja, pero el Matador siguió soportando los centros y pelotazos en las manos de Herrera y en la enjundia de su defensa, que dejó la piel.
En una contra se protestó un supuesto penal a Valoyes, por una infracción que no fue sancionada. Una acción que pudo darle un respiro a la “T”.
Pero así llegó a los instantes finales, esperando el silbatazo final de Rapallini.
