Para todos los hinchas, una de las mejores ofertas del fútbol es un clásico. Ese suceso, desde mucho antes, se olfatea en cada bar, en cada esquina, en cada lugar de trabajo. Se disfruta en la previa, con esa adrenalina que transforma al simpatizante en un jugador, dispuesto a dejar la piel por los colores amados. Y se atraviesa con todas las sensaciones posibles esos 90 minutos que responden con un final de lágrimas (de felicidad o de tristeza), siempre puras, nunca fingidas, con las que cada uno se vuelve a su casa.
Esta tarde jugarán Talleres y Belgrano. Será local Talleres en el Kempes y serán iguales en el resto de Córdoba. Porque de mitades será la cuestión. ¿La más funcional al espectáculo? La que ocurrirá en el verde césped, en la mitad de la cancha, en cuyo espacio el que sea el dominador o el que saque algún tipo de ventaja, bien podrá traducirlo en una generosa contribución al triunfo de su equipo.
Previendo esa importancia, y para aquietar el frenesí goleador con el que llegan los albiazules, Guillermo Farré incluiría a Facundo Lencioni por Lautaro Pastrán. Ese cambio no es una señal de debilidad, es un detalle táctico que puede servir para neutralizar la ambición de su adversario, tanto como lo hizo Diego Dabove cuando “La Gloria” sacó un buen empate en el mismo escenario.
Después, lo demás, que no es poco ni mucho menos. Nahuel Losada disfruta su propia primavera; la defensa se repite como cuando las cosas se hacen bien; el chileno Matías Marín estará dispuesto a usufructuar la sensibilidad de su pie izquierdo para abastecer a Lucas Passerini, y éste procurará retornar a aquellos dos primeros partidos llenos de gol y de sueños. Y para lo último, que en realidad debe ser lo primero, están las figuras del Colorado Barinaga, de Santiago Longo y de Ulises Sánchez, sangre celeste, corazón batiente, los primeros dispuestos a salir de la trinchera.
A ellos se enfrentará Talleres que desdoblará su figura, de acuerdo al éxito de la gestión de Belgrano. Podría ser el equipo confundido que enfrentó a Instituto, y mucho más a Argentinos Juniors, o la versión avasallante, rebosante de dinámica, empecinadamente exploradora de errores ajenos para llegar no una vez, sino muchas más, a la red contraria.
No haría cambios Javier Gandolfi. El triunfo frente a Barracas Central fue demasiado contundente como para plantear dudas. El técnico sabe que necesita alternativas para sortear la inevitable presión y hostigamiento celeste en la disputa del balón. Y en esa búsqueda habrá gastado las horas de esta semana. ¿Sin un “9″ puro, Rodrigo Garro irá más cerca del área junto a Valentín Depietri? ¿Nicolás Vallejo y Ramón Sosa se sostendrán en las bandas y desde allí atacarán el corazón celeste? ¿Ulises Ortegoza y Rodrigo Villagra se repartirán a puro sacrificio, como siempre, el sector bajo del medio campo?
Ambos tienen 10 puntos. En la zona A, Belgrano está segundo detrás de Racing de Avellaneda. En la zona B, Talleres se ubica quinto, con el mismo puntaje de River. Llegan bien los dos. De la cabeza y en los números. Con los de Alberdi ya pensando en meterse en la Copa Sudamericana y con Talleres dispuesto a sostenerse entre los que estarán en la Copa Libertadores en 2024. Habrá duelo en el Kempes. Y se presume que del bueno. El hincha cordobés, más consecuente que nunca, quizá como en ningún otro momento de la historia del fútbol en esta provincia, simplemente se merece lo mejor. Ojalá lo disfrute.
