Los mercados de pases son oportunidades. Y lo sabe bien Instituto desde que Federico Bessone se transformó en el mánager del club, allá a fines de 2021, tras ser elegido por el presidente Juan Manuel Cavagliatto.
La Gloria, sin tener el presupuesto de otros clubes de Córdoba y el país, se las ingenió siempre para traer jugadores que no estaban en el radar de otras instituciones y darles una oportunidad, un lugar.
Eso le permitía encontrar algunos “tesoros” que otros no tenían en cuenta.
Los ejemplos son muchos, pero se puede nombrar al goleador Adrián “Maravilla” Martínez, al atacante Santiago Rodríguez, al arquero Manuel Roffo o al volante Gastón Lodico.
Obviamente, también hubo varias de estas “apuestas” que no salieron como se esperaba. Pero es el riesgo que se corre.
Se trata de agudizar el ingenio, afilar el ojo y confiar en el famoso scouting para la búsqueda de jugadores aquí y allá.
Instituto viene trabajando activamente en este tema con un departamento de visoría de jugadores que funciona todo el año, las 24 horas.
Quizá con menos gente que en otros clubes, pero con firmeza.
En este mercado de pases que está tomando color, con vistas al Torneo Clausura 2025, hay un par de nombres que encajan en este tipo de búsqueda y que llegarán al equipo que comanda Daniel Oldrá. Para reforzar, pero también con la posibilidad de ser un negocio a futuro para las arcas del club.

Cruzando el charco
En Alta Córdoba todos tenían algo en claro para la segunda mitad del año: al equipo albirrojo le hacen falta goles.
La lesión de Facundo Suárez fue un golpe durísimo en la primera parte del año.
El DT Oldrá hizo el mismo diagnóstico: “Vamos a traer un par de delanteros”, avisó.
En ese sentido, la búsqueda comenzó tiempo atrás por parte de Bessone, Oldrá y Cavagliatto.
Y, entre muchos de los nombres que se pusieron arriba de la mesa, interesó y gustó el de un uruguayo.
Se trata de Matías Fonseca, de 24 años, y con reciente paso por Racing de Montevideo, con el que jugó Copa Sudamericana.
Pero no era un apellido más. Matías es hijo de Daniel Fonseca, una leyenda del fútbol de Uruguay. Jugó el Mundial de Italia 1990) y en tres clubes de los más importantes de Italia, como Roma, Juventus y Napoli.

Hoy es el representante de sus hijos, Matías y Nicolás, de reciente paso por River y actualmente en el León de México.
Pero volvamos a Matías, un atacante de 24 años y 181 centímetros que nació en Nápoles y vivió toda su infancia en Italia. Aunque se siente uruguayo por sus raíces.
El menor de los Fonseca se define como un delantero al que le gusta bajar a recibir y jugar con la pelota, pero que lo que más disfruta es picar en profundidad por detrás de los defensas para aprovechar los espacios de cara al gol.
Hizo todas sus inferiores en el Inter de Milan, donde llegó a entrenar y ser citado en Serie A con el primer equipo, cuando todavía estaban otros uruguayos como Diego Godín y Matías Vecino.
Fue su papá quien entendió que tenían que venir a Sudamérica para que las carreras de sus hijos pudieran crecer.
Matías jugó entre 2023 y 2024 en Montevideo Wanderers, donde marcó ocho goles y dio tres asistencias, en 52 partidos. Allí compartió equipo con su hermano Nicolás.


Eso le permitió en este 2025 saltar a Racing de Montevideo, donde las cosas no salieron tan bien este primer semestre: un gol en 10 partidos.
Tenía ofertas del fútbol de México, pero se terminó inclinando por el interés de Instituto para lograr mostrarse en el fútbol argentino, algo que los seduce.
“En un momento, consideré: ‘vamos a Sudamérica, que les va a dar experiencia, van a salir de Italia, van a crecer como hombres y madurar’. Junto a su madre, siempre les obligamos a estudiar, crecer y madurar, y que si no estudian, de nada sirve jugar a la pelota. Estamos orgullosos de tener dos pibes a los que es un placer escuchar, poder intercambiar opiniones y discutir con ellos. Eso es lo lindo de nuestra relación de ida y vuelta”, expresó papá Daniel.
“Ellos comen, duermen y viven para el fútbol. Los admiro porque han madurado mucho y es el camino para poder empezar a que den frutos”, indicó.
Matías señala siempre que su papá Daniel ha tenido un contacto “muy cercano con ellos”, que tienen una “relación increíble” y que se siente “orgulloso de ser su hijo”.
“Por el lado futbolístico, no me siento en competencia con él, él hizo su camino y tenemos que hacer el nuestro”, señaló el atacante que se suma a Instituto.
El Albirrojo apuesta fuerte con él con un contrato hasta diciembre de 2027, dejando en claro que hay expectativas en que pueda funcionar y crecer en el club.

Bielsa, un capítulo especial
Para Matías Fonseca, el cierre de 2023 fue un momento especial. Porque, tras rendir en buena forma en Wanderers, fue observado por el DT de la selección de Uruguay, Marcelo Bielsa.
Antes, había integrado selecciones juveniles de Italia, algo que le permite su doble ciudadanía.
“El Loco” lo citó para la selección de Uruguay Sub-23, que jugó el Torneo Preolímpico en 2024.
“Lo soñaba. Lo tenía pendiente, era un objetivo. Cuando elegí venir a Uruguay en enero a jugar, el objetivo era llegar a la Celeste también… Cuando salió la citación, mi papá empezó a llorar y decía que para él era mucha emoción tener a un hijo que vistiera la Celeste como él, después de casi 30 años. Fue una emoción increíble para los dos”, expresó Matías en ese momento.
“Me gusta luchar, chocar, correr mucho, a mi papá no le gustaba mucho correr. Yo soy derecho y él era zurdo, tenemos características diferentes”, contó.
Bielsa lo dirigió tres partidos oficiales, donde ingresó siempre desde el banco sumando un puñado de minutos, sin anotar goles.
Además, jugaría un amistoso internacional con una selección de Uruguay conformada por jugadores del medio local que empató 0 a 0 ante Costa Rica, en 2024, en el estadio Nacional de Costa Rica. Allí fue titular y llevó la camiseta número “10”.
Ese delantero llega a Instituto, con el legado de su apellido, pero todas las ganas de escribir su propia historia.
La Gloria necesita goles y Matías Fonseca buscará sumarlos.