Platense campeón del fútbol argentino. Se impuso 1-0 a Huracán en la final y marcó un hito al eliminar a varios grandes en el camino al título. Estas fueron las claves.
GANAS. Tal como lo había demostrado en los partidos que lo llevaron a la final, Platense evidenció sus ganas de hacer historia. En un encuentro de bajo nivel técnico, el equipo calamar puso en la cancha la actitud y el temperamento necesario para acercarse con un poco más de ambición al arco adversario y para concretar un objetivo que en el comienzo del torneo parecía imposible.
MAINERO. El gol de Guido Mainero sintetizó la voluntad inagotable de todos los jugadores, que no dejaron de correr en todo el encuentro. Platense, proclive a cometer foules cuando la pelota era ganada por su rival, se valió de su eficacia defensiva, del trabajo incansable de Leonel Picco, de la muy buena gestión del mismo Mainero para obtener el primer título oficial en los torneos de la AFA.
RECURSOS. Este debut en lo más alto del podio, no deja de ser un mensaje de los calamares a quienes aun con recursos limitados, pueden recurrir y extremar otros que también influyen a la hora de buscar la gloria. Sin grandes figuras, apoyó su ilusión en algún acierto en la red contraria. Así bajó a los grandes candidatos. Esa fue la razón para que haya sido iluminado por un logro que será eterno.
