Walter Willington miró muchos veces a su papá. Como muchos, esperaban que todo fuera una locura más del Daniel, a la que él mismo le pusiera fin diciendo: “Se asustaron todos, eh”. El propio Raúl Gámez, presidente histórico de Vélez, destacó lo bromista que era “el Daniel” y, que antes de irse, seguramente hizo un chiste y acuñó algún apodo.
Willington (h) no extrañó estar en la Boutique. Como su padre y su abuelo Atilio “el Toro” Willington jugó en Talleres y se hizo DT. Actualmente trabaja en cuarta de Liga Cordobesa de Fútbol. Habló de cómo es ser un Willington en Talleres y de la escena más chica, de la relación de padre a hijo.


“Esa forma de ser que tenía. De ser cordial con las personas, de charlar. Recién me habla un amigo que hacía millones de años que no veía, del taller Los Celestes. Ahí se juntaban todos los ex jugadores de fútbol. ‘Vos sabes que mi viejo iba a jugar al truco y nadie le tenía paciencia, y tu viejo se sentaba por horas a jugar con él”, me comentó. Cada uno se ha llevado un poquito de él y viceversa. Nos quedó todo el recuerdo del tipo de persona que él era, ¿no?. Porque todos dicen que era un loco, pero él era loco cuando él quería, y un loco respetuoso. Eso sí, también cuando se ponía bravo era bravo, pero una persona muy inteligente", dijo Walter Willington.
-No era fácil de llevar, pero cuando te adoptaba...
-Sí. Muchas veces, te asustás cuando se acerca alguien a hablar de fútbol de una forma, algún hincha, algún problema, y él descodificaba a la gente, le cambiaba el signo y terminaban riendo o tomando una copa.
-¿Sí?
-Jugaban Talleres y Belgrano en el Gigante. Veníamos en buena racha. Cuando terminó el partido, vino la policía al vestuario y nos dijo que no saliéramos, porque estaban “los Piratas” esperándolo para agredirlo. Tenía 14 años y estaba ahí en el vestuario con mi viejo. Ya se había bañado, y me dijo: “Venga hijo, la gente no nos va a decir nada”. Me agarró de la mano y salimos caminando del Gigante por calle Orgaz. Dejaba el auto, había una plaza de estacionamiento en Avenida Colón. Dejaba el auto ahí, porque en esa época no se concentraba. Salimos caminando por donde estaban “los Piratas”, y....a cada dos pasos, ellos le ofrecían cerveza para tomar del pico o ginebra con Coca. Tuve que manejar, con 14 años. La gente lo aplaudía. El “Loco” siempre respetó a la gente y viceversa. Yo le agradecí a Artime su presencia en el velorio. Son gestos que pueden dar a que todo el mundo crezca. Le quiero ganar a Talleres como nosotros también a Belgrano.
-En el centenario de Instituto, en la cena, se lo recordó en varias mesas por el Nacional que jugó con ese equipazo.
-Era un equipo para salir campeón. Por caso, no sabía que Menotti decía que esa iba a ser una delantera histórica. Saldaño, Willington, Kempes, Beltrán, Ardiles también ahí, lo que pasa es que los equipos se integraban de diferente, se jugaba 4-3-3, no es ahora el invento que hacemos los técnicos...Qué pérdida la de Beltrán.


-Tu viejo decía que tu abuelo “el Toro” nunca no lo veía “jugar bien” para exigirlo. ¿Cómo fue “el Daniel”?
-El abuelo siempre le decía que no servía para b..., que no servía para nada. Se ve que lo tomó como un desafío. Nuestros padres son las personas más significativas. Por ahí quiso practicar lo mismo conmigo, pero las personalidades son diferentes. Quizá mi personalidad me decía que yo necesitaba a lo mejor ser más vanidoso, que dijera que jugaba bien y todo. Daniel lo tomó como un desafío, yo lo tomé como que él realmente creía que yo jugaba mal....A mí me costó mucho el nombre, me costó mucho. Quizás él quería que yo estudiara. Yo empecé a jugar de grande al fútbol. Entonces, al no haber hecho divisiones inferiores ni nada, cuando yo entraba a una cancha y por ahí veía a la gente, no me sentía libre. Jugué un año en Argentino de Marcos Juárez. Fueron varias conquistas allí. Ahí donde era uno más, me sentí seguro, me sentí libre. Quizás pudo haber demostrado un poquito más lo que era, pero hay una cosa que es concreta, que también esa me la enseñó mi viejo. Muchas veces cuando las cosas no son para uno, hay que dejarlas correr y buscar la próxima, a lo mejor en la próxima está el verdadero éxito.
-¿Era de ir a verte?
-Era especial. Yo estaba en el juvenil de Talleres. Estaban Ariel Moreno, Pablo Ortiz, Pablo Taborda, Sergio Escalzo, Carlos Bustos, Gustavo Avendaño. Muchachos que después triunfaron en Primera. Nos toca jugar contra Deportivo Colón que recién había ascendido y lo dirigía y jugamos. Nos enfrentamos. No me había visto jugar nunca. ÉL era de esa forma. Ganamos 3 a 0 y anduve bien. Una noche, en un preliminar de la primera de Talleres, Humbero Taborda le dijo: “Che, Daniel, juega bien ‘el Negro’”. me había visto. Son esos tipos que vos decís,...lo hace de malo. No, él era así. Auténtico. Jugaban Miguelito Mercado, Francés. Ese Deportivo Colón era excepcional. Después esos jugadores me confesaron: “No te podíamos agarrar. Lo que nos pedía, es que apenas te pasaramos por el lado, te arrancaron la cabeza de un bollo, de un codazo, ja. No te pudimos agarrar”. Estaban contentos de eso porque me conocían de ir a las prácticas y estaban más contentos de eso que mi viejo.

-¿Cómo es el DT Walter Willington?
-A mí me llegó mucho lo de mi viejo. El entrenador tiene dos formas. Uno es el que te explica, que te ayuda a que tu autoestima esté elevada, que le expliques las cuestiones, las jugadas, tácticas, tener paciencia. Después está el otro, el que te dice, mirá: “Si vos no haces lo que yo te digo, te saco”. Mi forma es la del afecto, la del buen trato. No recuerdo haber tenido un técnico en mi corta carrera que me diga por dónde me tengo que mover, presionar. El por qué de las cosas. Yo soy ese tipo de técnico, que te digo por qué lo tenés que hacer, no que lo hagas como una forma metódica. El fútbol es un juego, vos lo tenés que tomar primero como un juego. Ya cuando vos decís, bueno, tengo una familia en mi casa y si yo tiro un pase de acá para allá y le erro, me quedo afuera del partido. Más de uno debe haber escuchado. Que dicen, mira, están todo el día con la pelota y tuvo que tirar un pase a dos metros y la erraron. Todo tiene que ver con el estrés, tiene que ver con la carga, tiene que ver con todo.
-¿Qué categoría tenés a cargo?
-Cuarta de oro de Liga Cordobesa de Fútbol. Tenés categoría de platino, tenés oro y tenés plata y de bronce. Estamos ahí en el Club Fiat, para que todos los chicos con problemas de estudio, con problemas de conducta y todo eso, pudieran jugar al fútbol y pudieran salir de sus adicciones, de sus problemas generales, problemas de familia, problemas de conducta. Fue muy bueno eso porque lo manejaba Radio María. Había una asistente social, hacían la tarea ahí. Hacíamos dos horas de entrenamiento, una hora era de estudio y una hora de entrenamiento. Fue muy lindo y me tocó hacer experiencia ahí. Pude estar en la formación de jugadores importantes. Javier Pastore, Pavón, más acá Nahuel Bustos. Ahora estoy heredando el cariño por mi viejo. Lo que él sembró. Ahora me está pasando a mí.































