El fútbol femenino en Sudamérica continúa su firme crecimiento y tendrá una nueva cita de jerarquía: la Copa América Femenina 2025, que se disputará en Ecuador entre el 12 de julio y el 2 de agosto.
El certamen reunirá a las selecciones femeninas de los diez países miembro de la confederación (Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela), que competirán en Quito, la capital del país anfitrión. La competición promete ser una verdadera fiesta del deporte, con talento, entrega y pasión como protagonistas desde la “mitad del mundo”.
“Nos llena de entusiasmo esta nueva edición de la Copa América Femenina. Es una gran oportunidad para seguir impulsando el talento y la entrega de nuestras jugadoras”, destacó Alejandro Domínguez, presidente de la Conmebol.
Una identidad visual cargada de simbolismo
La identidad visual del torneo rinde homenaje a la cultura ecuatoriana y se inspira en elementos representativos del país anfitrión. Entre ellos, se destaca la chakana o cruz andina, símbolo ancestral de los Andes que refleja el equilibrio entre cielo y tierra, luz y oscuridad, tradición y modernidad. Un paralelismo perfecto con el presente del fútbol femenino sudamericano, que combina resiliencia y evolución.
También se incorporan motivos textiles de Otavalo, elaborados por artesanos ecuatorianos. Sus patrones y colores aportan identidad gráfica al torneo y celebran la alegría y diversidad de las jugadoras del continente.
Un trofeo con sentido
El trofeo oficial de la Copa América Femenina 2025 fue diseñado como un emblema de la evolución del fútbol femenino. Con líneas modernas y detalles tradicionales, la pieza simboliza el esfuerzo, la pasión y los sueños de las jugadoras.
Cada una de sus estrellas representa a una asociación miembro de la Conmebol, mientras que su base —en forma de estrella de diez puntas— está decorada con ónix, piedra que evoca fortaleza, claridad y determinación. Un mensaje claro para las nuevas generaciones: el fútbol femenino no tiene techo.