Desde hace dos meses, el influencer Santiago Maratea decidió hacer un gran cambio en su vida y dedicarse de manera completa al fútbol.
A sus 32 años, Maratea se sumó a los entrenamientos del club Colegiales, que compite en la Primera Nacional y le abrió sus puertas.
Para poder estar a la altura, el influencer tuvo que comprometerse a un serio entrenamiento y también a dejar de lado distintos vicios.
“Hace dos meses dije ‘me tengo que poner las pilas’. Ahora peso 84, bajé 11 kilos”, contó con orgullo en sus redes.
Maratea tomó notoriedad en Instagram por su labor en distintas causas solidarias y también ayudando al club Independiente a reunir fondos para pagar sus deudas.
“Yo fumaba aproximadamente entre 20 y 30 cigarrillos por día. Fumaba armado, y los que fuman saben que ese tipo de cigarrillo dura más, así que estaba todo el día con el pucho en la mano”, reveló. “Mi ropa, mi casa, mi auto... todo tenía olor a cigarrillo”, siguió.
Obviamente, al dedicarse al fútbol en Colegiales mejoró su aspecto físico y también su salud, llevando adelante una vida plena de deportista.
Aunque no ha sido fácil: recién este fin de semana pudo realizar su debut en la Reserva de Colegiales.
Ingresó desde el banco en el triunfo 2 a 0 ante Mitre de Santiago del Estero, en este certamen que se denomina “Tercera Nacional”.
Esto también despertó críticas dentro de los hinchas de Colegiales y muchos de ellos se manifestaron en el posteo que hizo el club de este partido en sus redes.
“Con este papelón que estan haciendo con Maratea después no los quiero escuchar a los dirigentes pedir plata para el club o solventar obras o sostener las actividades amateurs. Ustedes le vendieron el alma a este tipo que la guita la ponga él, que la consiga, no sé, que le busque la vuelta. Sin consultar a los socios ni hinchas se les ocurrio hacer esta pelo... porque alguien les dijo que le iba a sumar al club, bueno cuando tengan quilombos financieros no los quiero escuchar llorar por ‘el club de los socios’”, escribió uno de ellos en Instagram.
Aunque supera la edad promedio de los jugadores de la reserva, que suelen tener entre 20 y 24 años, Maratea se muestra comprometido con el desafío.
¿Podrá llegar a jugar en Primera profesionalmente?