A los 2 años (nació un 7 de abril de 1983), Franck Ribery viajaba por Boulogne-sur-Mer, Francia, en un auto sin el cinturón de seguridad. Cosas del destino, el coche chocó y el niño salió despedido hacia delante, atravesando el parabrisas con su rostro.
Aquel horrible accidente, en el que salvó su vida de milagro, le dejó una marca para toda la vida. Su rostro se desarrolló marcado por las heridas. Es que, luego de varias cirugías de reconstrucción, los médicos no lgraron reparar por completo los daños en la parte derecha de su cara.
Así, Franck debió aprender a crecer con una gran cicatriz en el pómulo derecho y otra más en la frente. Además, la ceja izquierda tomó una forma particular y el daño en su boca no fue menor.
Nada fue fácil desde entonces. Pasó su infancia en un convento de monjas. El pobre Ribery se escapaba a jugar al fútbol para dejar atrás las bromas (macabras) sobre su rostro.
"De pequeño, se burlaban de mí y me escondía a llorar en un rincón. Pero eso me ha endurecido y me ha ayudado en la vida. Jamás me haré la cirugía estética porque dejaría de ser yo", dijo alguna vez. Algo que comparte con Carlos Tevez, quien lleva una cicatriz en su cuello y de la que nunca se piensa operar.
Expulsado
Y, como era lógico, sus enojos con aquellos que se burlaban de él terminaron por hacerlo expulsar del internado y debió salir a ganarse la vida. Como albañil, junto a su padre.
Mientras armaba paredes y hacía el reboque grueso, también seguía jugando al fútbol. Tan bueno era que el US Bolougne, de su ciudad natal, lo tenía como su gran estrella. Allí debutó en Primera en el 2001.
Luego, pasó al Olympique Alés, y más tarde formó parte del Stade Brestois 29 (de la tercera). No duró mucho allí, ya que al poco tiempo lo compró el FC Metz.
Y así, con tanto talento y tanto sacrifico, logró dar el salto. En 2005, viajó a Turquía para ser jugador del poderoso Galatasaray. Vivió buenos momentos deportivos y malos en la vida (no le cumplieron económicante) y decidió regresar a Francia.
En el 2005, lo fichó el Marsella y dos años después encontró acomodo en el Bayern Munich, su actual equipo, donde se consagró como el mejor de Europa en 2013.
Su vida
Su vida personal no ha dejado de lado las polémicas. Si bien su infancia lo ha marcado, no ha dejado de mostrarse como un tipo controversial.
Luego de una vida desordenada, su estabilidad llegó con su esposa, Wahiba Belhami, a quien conoció en 2002. Fue tanta la influencia de la chica que el francés transformó por completo su comportamiento y hasta convirtiéndose al Islam. De hecho, hoy Ribery lleva también el nombre de Bilal Yusuf Mohammed.
Aunque en 2009, estuvo implicado en un escándalo. Ribéry debió reconocer, ante la Justicia, que había mantenido relaciones sexuales con una prostituta llamada Zahia Dehar, una menor de edad.