El estadio Miguel Sancho se fue quedando sin gente. Para los últimos, tanto como los primeros, sabía amargo el 1 a 1 ante Almagro. Y no es para menos. Habían visto la película de siempre. Y en este caso, con una breve serie de matices que apenas la diferenciaban de tantas otras.
Había abierto el marcador Francisco Monticelli. Corrían 13 minutos del segundo tiempo y un manto de tranquilidad pareció caer sobre las tribunas. Por fin Racing podía perforar la valla adversaria, luego de tantos intentos quedados a mitad de camino, algunos de los cuales bien podrían haber anticipado el festejo.
Hasta ese momento los dos equipos habían protagonizado un entretenido encuentro, de poco traslado del balón en el medio campo, y varias escaramuzas en las dos áreas. Racing estuvo a punto de gritar gol luego de una buena jugada iniciada por Sergio González, transcurrida por Raúl Chamorro y mal definida por Matías Machado.
Ese fue su principal aporte en la ofensiva. Almagro, en los pies de Tiziano Dornell, y ya con un hombre menos, pudo haber registrado la igualdad, pero el achique de Mauricio Mavslovski privó de festejo a la visita.
Lo cierto es que ya en la recta final, con el resultado a su favor y con un hombre más por la expulsión de Carlo Lattanzio, Racing, lejos de reafirmar su presencia en la cancha, pareció entrar en crisis por su eterno problema de no poder sostener un resultado. Así fue como Almagro lanzó a casi todos sus hombres en ataque, en tanto Racing empezó a perder balones en el medio campo, sus llegadas al arco de Emiliano González, la figura de la cancha, fueron cada vez más esporádicas, y el aroma desagradable del empate fue percibido por los asistentes.
Fue así como Axel Rodríguez aprovechó un córner y su cabezazo puso en evidencia la mala salida de Mauricio Mavslovski. Gol de la visita y la cuesta arriba se hizo evidente entre lamentos y alguna protesta por repetir errores y dilapidar tanto esfuerzo de conjunto.
El saldo racinguista refleja el intento siempre presente de jugar bien a la pelota y su extrema vulnerabilidad cuando más firme debe ser su imagen. Lamentablemente para sus pretensiones, ese combo parece no alcanzarle para pugnar por un ascenso que cada vez se vuelve más lejano.