“No creo que llegue al próximo Mundial”. Lionel Messi es distinto al resto hasta para anunciar que su objetivo es jugar un nuevo torneo. Así lo hizo en 2016, cuando, cargado de bronca tras perder la final de la Copa América ante Chile, insinuó que la Albiceleste era tiempo pretérito para él.
“Se terminó para mí la selección. Ya son cuatro finales perdidas, esto no es para mí. Lamentablemente lo busqué, era lo que más deseaba, no se me dio, pero creo que ya está”.
En ese creo, Messi hace vivir la esperanza de un nuevo tiempo extra para llegar a 2026. Y, a juzgar por lo visto este jueves en China, “Leo” arrancó con todas las fichas para convertirse en el primer jugador del planeta en jugar seis mundiales.
Está visto que a “la Pulga” le gusta amagar fuera de la cancha, una costumbre que también caracterizó a Diego Maradona, de quien parece haber heredado ese hábito de abrir el paraguas por si llueve.
Diego “dejó” el fútbol y la selección varias veces, hasta que finalmente cristalizó su despedida definitiva. Tal vez se trate de un recurso involuntario utilizado por las megafiguras, para que, cuando llegue el día del adiós, ese duelo de ausencia no sea tan abrumador.
A pocos días de cumplir 36 años, Messi parece tener la juventud de Alejandro Garnacho (debutante ante Australia), quien apenas tenía 13 meses cuando el rosarino debutó en la selección mayor.
A tres temporadas de la cita en Estados Unidos/México/Canadá 2026, Messi parece desafiar el reloj biológico, un implacable rival que, inexorablemente, le ganará la partida. Pero si efectivamente el astro del Inter sale a la cancha en el próximo torneo ecuménico, batirá el récord que en 1966 inició el arquero mejicano Antonio Carbajal (“el Cinco Copas”), y que luego igualaron el alemán Lothar Matthaeus (en 1998), el italiano Gianluigi Buffon (en 2014), el portugués Cristiano Ronaldo, los también mejicanos Rafael Márquez, Guillermo Ochoa y Andrés Guardado, más el propio Messi (estos últimos en Qatar 2022).
De ellos, quienes conservan chances de alcanzar un sexto Mundial son Ochoa (tendrá 40 años) y Cristiano Ronaldo (sumará 41), ambos mayores al argentino, que llegaría con 39, y que aún no se han bajado de la carrera mundialista. Guardado, en cambio, anunció su retiro del “Tri” el pasado 16 de mayo, a los 36 años.
A modo de referencia, vale destacar que el jugador más veterano en jugar un Mundial ha sido el arquero egipcio Essam El Hadary, quien debutó en Rusia 2018 con 45 años y 161 días. Detrás del africano, se ubican el guardavalla colombiano Faryd Mondragón (43 años y 3 días) y el delantero camerunés Roger Milla (42 años y 39 días).
Messi todavía parece tener hilo en el carretel para largo rato. Sin lesiones graves y tan hábil con la pelota como para el esquive de golpes del rival, puede ser quien más chances tenga de llegar al récord, uno más para su impresionante colección de marcas. Es cierto que su reciente incorporación al fútbol de Estados Unidos es una clara señal de declive, pero esta tiene más sustento por razones lógicas derivadas de su fecha de nacimiento que por lo observado de su rendimiento en cancha.
“Es ir muy lejos pensar en otro Mundial cuando recién terminamos uno”, aseguró Lionel en China, en la previa del partido ante Australia. Después ofreció un concierto de fútbol, clavó un golazo y mostró que, al menos por ahora, tiene recursos de sobra para pelearle a ese tirano dictador llamado tiempo.
