En Nueva Italia, no hay tiempo muerto. Mientras la mayoría de los clubes aprovecha el parate para descansar o planificar, en Racing se trabaja a destajo. No sólo en la cancha, donde el equipo de Hernán Medina se prepara para competir en la Copa Córdoba y afina detalles con amistosos como el de este viernes ante Talleres. También, y sobre todo, en el corazón del club: el predio René Gorreta, que por estos días vive una transformación profunda.
En un club donde cada ladrillo tiene nombre y apellido, donde las obras se levantan con más sacrificio que presupuesto, Racing sigue creciendo.
Lo hace con la misma lógica que lo trajo hasta acá: el esfuerzo colectivo de sus dirigentes, de sus hinchas y de sus socios, que empujan juntos un sueño de infraestructura que hace unos años parecía imposible.
Hoy el predio es un hervidero de actividad. Se está levantando todo el perímetro con pared y reja, una obra clave tanto por seguridad como por estética, y que además ayuda a evitar el ingreso de agua en días de lluvia. También se construyó la calle de ingreso a los vestuarios, 150 metros de adoquines con cordón que mejoran la circulación interna.

En el acceso, ya luce un nuevo comedor con capacidad para 60 personas, pensado para que los chicos de inferiores de AFA puedan alimentarse en condiciones adecuadas. A pocos metros, un galpón guarda la maquinaria que mantiene las canchas en óptimo estado, y una oficina nueva sirve como espacio de reuniones para los cuerpos técnicos y para la coordinación de fútbol juvenil y profesional.
Pero eso no es todo: comenzó la ampliación del gimnasio, que será compartido por la Primera Nacional, por la primera local y por las divisiones inferiores.
A la par, se construyen vestuarios para el fútbol femenino y para la primera local, y se duplicó la reserva de agua con un nuevo tanque de 30 mil litros. Además, se colocaron luces en el sector del femenino, y cuando finalicen los torneos juveniles, se instalará riego en las canchas 3 y 4, junto con un sistema de nuevas luminarias.

Las obras que vienen en Racing
El plan de crecimiento no se detiene. En carpeta está la colocación de césped sintético en un sector del predio (aún por definir), una obra costosa pero clave para el desarrollo diario.
También se proyecta ampliar el comedor, para que el plantel profesional pueda desayunar y almorzar en el predio, y la construcción de un lavadero propio, que permita lavar la ropa de todas las categorías sin depender de servicios externos.
Otro paso importante será la creación de un consultorio médico para que los trabajos de fisioterapia y recuperación se realicen directamente en el René Gorreta y no en Nueva Italia. Y, más allá de eso, la meta más ambiciosa: comprar las tierras del fondo para sumar más canchas.

En Racing lo saben: todo no se puede hacer de una vez. Los fondos son limitados y el camino es largo. Pero el sentido de pertenencia empuja. En cada mejora hay horas donadas, aportes voluntarios y mucho trabajo a pulmón de parte de la dirigencia que comanda Manuel Pérez. Hay pasión.
El club que alguna vez soñó con volver a ser hoy demuestra que también se puede crecer ladrillo a ladrillo. Sin promesas rimbombantes ni presupuestos millonarios. Con trabajo, con compromiso y con esa mezcla de orgullo y sacrificio que define a Nueva Italia.