La tarde noche en la que se inauguró la Ciudad Deportiva IACC en La Agustina, hubo una parte de Nicolás Dubersarsky (20 años) que viajó en un vuelo directo e imaginario a Córdoba. Fue su corazón.
“Nico”, como tantos chicos formados en esa fábrica de futbolistas que tiene Instituto, sintió como pocos una emoción distinta y diferente por el crecimiento que presentaba el club de sus amores.
Y aunque estuviera en Austin, Texas, se sintió un poco en barrio Jorge Newbery, viendo como su querida Agustina ahora se parecía un poco más a esos predios importantes en los que entrena ahora, como un futbolista de la Mayor League Soccer.
“Duber”, la venta más importante de la historia de Instituto junto a la de Paulo Dybala, transita una nueva etapa en su vida y en su carrera.
Aquel pibe que apareció siendo fuego en la Primera de la Gloria vivió todo muy rápido.
Debutó como titular en mayo de 2024 ante la lesión de Roberto Bochi y no paró.
En pocos meses, era capitán de Instituto en un inolvidable partido ante Boca en Alta Córdoba, con apenas 19 años.
Su venta era inevitable y así se dio a fines de 2024 al Austin FC de la MLS de Estados Unidos.
Y luego de una adaptación que no ha sido sencilla, “Nico” está dispuesto a “pelearla” y a encontrar su lugar, con la misma madurez para afrontar las dificultades que mostró desde muy niño.
En una charla exclusiva con La Voz, en el pódcast “Mundo Gloria”, repasó esta nueva etapa en Estados Unidos y obviamente también dejó en claro su amor siempre vigente por Instituto.
“Yo creo que me he adaptado bien a esta nueva vida. Obviamente, he tenido el proceso lógico de adaptación. Por ejemplo, ahora volvimos esta semana después de unos días libres que tuvimos como un parate cortito y me siento mucho mejor. Entonces creo que ya pasaron los primeros meses en los cuales uno se va adaptando, va conociendo el club, las formas, el idioma y todo… Y la verdad que hoy por hoy me siento me siento muy bien y estoy con muchas ganas de lo que va a ser la segunda etapa”, contó “Nico”.
Sus expectativas eran otras quizás al llegar a Estados Unidos, pero tuvo que luchar para tener minutos en el Austin, que pagó más de 3 millones de dólares por su ficha.
Jugó 11 partidos, aunque solamente dos de titular, sumando 230 minutos en total.
Su equipo marcha en el séptimo lugar en la Conferencia Oeste, con 26 puntos en 19 cotejos (siete triunfos, cinco empates y siete derrotas).


“Este es un fútbol distinto al de allá… Se juega como más vertical a nivel futbolístico y después, obviamente, lo que es el ambiente en los estadios y demás creo que lo nuestro no se compara con nada. También lo estamos viendo ahora en el Mundial de Clubes como los dos equipos argentinos que están ahí generan… L mismo los de Brasil. Eso también dice un poco de cómo vivimos nosotros el fútbol que acá realmente es diferente. Por ahí uno ve en las tribunas que la gente va más a disfrutar el partido y a verlo como un espectáculo que quizás como la competencia que le ponemos nosotros. Hay un poco de diferencia ahí”, señala “Duber”.
Estar lejos de Córdoba y de su familia ha sido todo un aprendizaje que el mediocampista ha tenido y está transitando.
“Mi vida es bastante normal. No ha cambiado mucho, lo que sí ha cambiado es que no tengo mi familia cerca. Si estoy con mi novia, pero no tengo mi familia cerca entonces nada es simple desde ese lugar. Austin es una linda ciudad, tiene muchas cosas para hacer por suerte. Encontré gente que habla el español entonces por ahí se facilita un poco también en ese sentido. Ahora estamos llegando al verano y la verdad que hace un calorón terrible (risas), pero nos estamos adaptando”, agrega, para luego hablar de lo que es Austin:
“Acá hay muy buenos jugadores. No seguía mucho al equipo antes de venir acá, pero cuando salió la oportunidad de venir uno investiga un poco. Sabía que estaba (Sebastián) Driussi acá antes de que venga, pero justo cuando yo llegué él se iba a River. Después también estuvo (Emi) Rigoni, que también es cordobés. Hoy soy el único argentino del equipo y hay grandes jugadores que juegan en sus selecciones. Tenemos a Brandon Vázquez que juega en la selección de Estados Unidos, Uzuni juega en su selección (es de Albania) y así hay variedad de nacionalidades. Trato ahí de convivir más por ahí con los sudamericanos que hay… También está Diego Rubio, que también jugó en su selección de Chile. Hay de todo”.
Instituto, siempre presente
Dubersarsky sigue de cerca toda la actualidad de Instituto y está muy en contacto con sus ex compañeros. Muchos de ellos saltaron junto a él de la Reserva, como Damián Puebla o Jeremías Lázaro.
“Acá en Estados Unidos es un poco difícil ver los partidos de Argentina, hacen falta como mil aplicaciones (risas), pero a Instituto lo seguí un montón. Vi todos los partidos que pude y también hablo mucho con los chicos. Me pone muy contento lo que me cuentan los chicos del crecimiento del club, lo que lo que estoy viendo también por redes. Me gusta ver al club creciendo y esperemos que le vaya muy bien en esta segunda parte del año”, señala “Nico”, que acepta que costó mucho tomar aquella decisión de partir siendo tan joven.
“Por supuesto que costó… Costó mucho, porque viví gran parte de mi vida en Instituto y era dejar eso y empezar a buscar nuevos caminos. Obviamente que la decisión no fue fácil pero la tomé convencido y fui para adelante. Una vez ya acá uno empieza a extrañar más, empieza a recordar ciertos momentos que me tocaron vivir y sobre todo el hecho de sentirse tanto en el club como mi casa… Acá uno tiene que empezar a adaptarse a otras cosas… Al principio me costó mucho, porque tenía otra idea cuando llegué a Austin. Pero hoy tengo más que aceptado y más que asumido de que la voy a tener que pelear y estoy dispuesto a pelearla. Ahora volví el receso y me siento muy bien, entonces espero de a poco ganarme un lugar”.

Alta Córdoba, los recuerdos y la familia
La nostalgia es una compañera de “Nico” en su día a día. Al principio, “extrañaba mucho”, “sobre todo cuando llegué y vi que no me tocaba jugar”, cuenta.
Su familia es su pilar fundamental. Recientemente, sus padres y hermana lo visitaron en Estados Unidos, un encuentro que le dio “un empujoncito bastante fuerte”.
“Nico” les envía un mensaje de tranquilidad, expresando que “la distancia no es fácil ni para mí ni para ellos”, pero que les agradece y ama “todo lo que han hecho por mí porque obviamente en gran parte estoy acá gracias a ellos”.
Para el hincha de Instituto, su mensaje es claro: “se lo extraña mucho”, y anhela poder asistir a algún partido “a fin de año”.
El cariño recibido en redes sociales cada vez que publica algo relacionado con Instituto lo llena de “felicidad”, recibiendo “mensajes muy lindo”.

La posibilidad de un regreso a Instituto resuena en sus palabras y en las de quienes lo conocen. “Ojalá que algún día pueda volver a jugar en instituto, la verdad que me gustaría mucho”, afirmó Dubersarsky desde Estados Unidos.
Una declaración que deja abierta la puerta a un futuro reencuentro con la camiseta que lo vio nacer y lo formó, cerrando un capítulo de adaptación en el extranjero con la esperanza de volver a casa.

Pero para eso falta mucho tiempo y mucho camino por recorrer.
Los que conocen a “Nico” Dubersarsky saben que sabe sortear las piedras en el camino. El tiempo y su esfuerzo, pondrá todo en su lugar.