Un poco antes de aquel 31 de agosto en el que se anunció oficialmente su vuelta a Talleres, Alexander Medina ya era el DT albiazul. Y, como tal, había estado realizando ingentes esfuerzos para sumar algún refuerzo más en un mercado larguísimo, pero al que le quedaban horas para cerrarse.
Esta vez tenía que hacerse cargo de un plantel armado por el presidente Andrés Fassi y por el DT saliente Walter Ribonetto, eliminado de Copa de la Liga, salido de la punta de la Liga, eliminado de Copa Libertadores por River y a días del partido de octavos de final de Copa Argentina con Boca. Y con serios cuestionamientos hacia la pretemporada realizada en Rusia.
Los jugadores que habían llegado necesitaron una adaptación más allá de lo esperado. Sebastián Palacios, Cristian Tarragona, Franco Moyano, Matías Esquivel y Matías Alejandro Galarza no estaban a punto. Por eso, intentó una gestión de última para impedir la salida de Nahuel Bustos a San Lorenzo, de acuerdo a lo manifestado por el entorno del jugador.
Pero ya el acuerdo estaba hecho y no había forma de volver atrás. Fue una historia que se contó en su momento y que nunca perdió vigencia dado que Medina admitió que siempre charlaba con quienes había dirigido. Ahora que se abrió el mercado, el DT albiazul solicitó delanteros y, lógicamente, el nombre de Nahuel fue opción. Sólo Medina y Fassi saben si fue prioridad o no.
Lo cierto es que Fassi lo repescó y lo puso a disposición, siendo el primer refuerzo. Bustos fue un gran goleador para el primer Talleres de Medina: en la temporada 2019-2020 marcó 10 goles, la “T” fue octavo en tabla anual y se clasificó a Copa Sudamericana 2021.
Le dio lo mejor a la “T” y el DT lo amparó. De mitad de cancha hacia adelante, el equipo estaba en camino a la identidad de juego, hasta que llegó la pandemia, pero tenía nombres como Andrés Cubas, José Mauri, Tomás Pochettino, Franco Fragapane, Guilherme Parede y Diego Valoyes, más las proyecciones de Nahuel Tenaglia y Enzo Díaz. Había buenas sociedades ahí, recambio con Dayro Moreno y con Jonathan Menéndez.
Medina apostará nuevamente a un equipo dinámico y a que podrá levantar a Nahuel. Lo convenció. Su año fue flojo: 19 partidos en la “T”, dos goles y dos asistencias; 21, 1 y 1, respectivamente en San Lorenzo. Talleres tiene una base con Rubén Botta, Sebastián Palacios, Matías Galarza Fonda y Matías Alejandro Galarza, Juan Portilla y dos laterales como Gastón Benavídez y Miguel Navarro. ¿Competencia? Cristian Tarragona y Federico Girotti, aunque lo más probable es que el ex-River salga. Además de que podría llegar otro “9″.
Van a llegar más nombres de peso. Talleres será local, federal e internacional.
Sin embargo, motivación hay de sobra, las condiciones de Bustos siguen estando. Dependerá de sí mismo, en este cuarto ciclo, y del plan que pueda idear Medina.
